Buenos días, saludo a los lectores del Portal Al Poniente desde la Plaza Vieja de la ciudad de Praga,en la República Checa, al lado del reloj medieval más famoso del mundo, conocido como el Reloj Astronómico, en checo llamado Staroměstský orloj.
La ciudad de Praga, cuyo casco antiguo fue elegido por la Unesco como Patrimonio de la humanidad, en el año 1992, es una de las ciudades “Top veinte” en el mundo del turismo. Llamada por algunos la ciudad de las Cien Torres y por otros la Ciudad Dorada, Praga está ubicada en el corazón de la región de la Bohemia Central y atravesada por las aguas caudalosas del río Moldavia.
No es extraño que en Praga se hayan filmado importantes películas, (1), que aprovechando la historia de la ciudad le han dado realce a sus bellezas: Misión imposible, Casino Royale, Oliver Twist, El secreto de los Hermanos Grimm y Blade Runner II. Las estampas de Praga también quedan dibujadas en las novelas de Fraanz Kafka, Milán Kundera y Marc Levy.
El Reloj Astronómico de Praga fue fabricado en el año 1410 por Nicolás de Kadañ, y el astrónomo Jan Šindel, (2). A finales del siglo XV, el relojero Hanuš de Růže, profesor de matemáticas de la Universidad de Praga, lo modernizó técnicamente. El reloj se convirtió en símbolo y orgullo de la ciudad, que aportaba al propósito de que Praga fuera única e irrepetible.
Dice la tradición oral, que ante la posibilidad de que el maestro Hanuš construyera un reloj similar para otra ciudad europea, lo cual era considerado una traición por los administradores de la ciudad, el alcalde montó un complot con sus concejeros habiendo contratado varios sicarios que lo asaltaron una noche en su taller y con una daga al rojo vivo le quemaron los ojos dejándolo completamente ciego.
Cuando su alumno y fiel asistente, Jakub Čech, se enteró de este horroroso acto, le contó a su maestro la causa de su infortunio, y como venganza, en homenaje a su maestro, dañó el arquitectura del reloj metiéndole una de sus manos al mecanismo que al reventarse se la amputó.
El reloj quedó dañado por muchos años, puesto que surgió la leyenda de que el maestro Hanuš había pronunciado una maldición que decía que todo aquel que intentara repararlo moriría a los pocos días o, en el mejor de los casos, se volvería loco. Esta leyenda se rompió cuando el reloj fue reparado y perfeccionado.
Camino al costado sur del edificio de la alcaldía donde está ubicado el Reloj Astronómico nos detuvimos en una caseta de venta de comida callejera y me topé con el bramboráky, una especie de pizza frita elaborada con harina y papas que forma una masa crocante que pone a bailar las papilas gustativas de quien la muerde e invita a romper todo tipo de dieta.
Y para darle rienda suelta a nuestra gula de turista, en otra caseta de la Plaza Vieja compramos un Skalický trdelník, un rollo de masa de harina con nueces, asado a la brasa y bañado en canela, un fascinante manjar popular que se consigue en las calles de varias ciudades de la Europa Central, herencia de la comida eslovaca, que se vende a cada tramo de las calles de la ciudad vieja.
Frente al famoso Reloj Astronómico nos encontramos con miles de turistas ansiosos de observarlo y dispuestos con sus cámaras y sus smartphones a tomar las fotos que validen en Facebook frente a sus amigos que sí estuvieron en Praga.
Según la sabiduría popular, cuando el reloj deja de funcionar se cree que está dando una señal de que vendrán días difíciles para la ciudad. Algunos habitantes de Praga cuentan historias de desastres en los momentos en que se ha parado el funcionamiento del reloj.
El Reloj Astronómico entra en acción cada hora ante la admiración del público que lo observa, entre las 09 y las 21 horas. Este tiene tres grandes secciones dispuestas en forma vertical, que amerita describir en detalle para ilustración de los lectores.
En la sección superior de la torre del reloj, se encuentran dos ventanas en las cuales aparecen, al abrirse, los doce apóstoles, figuras de madera que van desfilando para admiración del público, en lo que se llama el paseo de los apóstoles.
En el centro de las dos ventanas está el gallo de San Pedro que aletea y canta después del desfile de los apóstoles y una vez se cierran las ventanas. Se cree que el primer canto del gallo en la mañana destierra de Praga a los demonios y malos espíritus.
En la sección central de la torre se observa el cuadrante astronómico que representa un astrolabio con la tierra en el centro y el cielo arriba lleno de estrellas. Un anillo que representa el zodíaco recorre el cuadrante de acuerdo con la ruta de las estrellas en el cielo. Una manecilla del reloj es el sol y otra la luna. Esta sección central da la hora según la tradición de la región de la Bohemia, con la simbología gótica; la hora según la Europa Central, con la numeración romana; y la hora babilónica, con la numeración arábiga.
A los lados de la sección central aparecen cuatro representaciones de las debilidades del ser humano: La vanidad, un hombre que se mira en el espejo; la avaricia, un comerciante judío con una bolsa de dinero; la muerte, con una campana fúnebre en la mano; y la lujuria, un príncipe turco.
En la sección inferior se observa el disco calendario pintado por José Manés que hace referencias a los meses del año en forma de círculos, cada uno de los cuales representa un momento de la vida rural de la edad media. Otros círculos más pequeños muestran los signos del zodíaco. En el centro se observa el escudo de armas de la ciudad vieja.
A ambos lados de la sección inferior hay cuatro figuras inmóviles: un astrónomo, un ángel, un filósofo y un cronista.
Al final del espectáculo ingenieril del reloj, un trompetista, que se ubica en lo más alto de la torre, toca una tonada clásica ante la masa de espectadores que lo ovacionan con alborozo desde la plaza.
Más allá del interés histórico de un reloj medieval, vale la pena resaltar que el Reloj Astronómico de Praga es hoy es un gran espacio de City marketing, al cual llegan miles de personas cada hora para ver el espectáculo.
Hasta los ciudadanos más circunspectos cuando se ponen la ropa de turista retornan a la infancia y se disponen a probar los manjares callejeros de las ciudades que visitan, a hacer filas para conocer castillos, a entrar a las iglesias para rezar una oración; se olvidan del reloj y dejan que pase el tiempo, y abren sus oídos para escuchar historias y leyendas.
El Reloj Astronómico de Praga es un buen referente para que las oficinas de turismo y las alcaldías de muchas ciudades colombianas creen y promuevan espacios de ciudad para que los visitantes (turistas) se detengan y se enamoren de sus ciudades.
@ViajeroReal
[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-ash3/t1.0-9/1512389_1429197034004824_2448223768463337392_n.jpg[/author_image] [author_info]Diego Germán Arango Muñoz Ingeniero Administrador de la Universidad Nacional de Colombia Psicólogo, de la Universidad de Antioquia Administrador Turístico, del Colegio Mayor de Antioquia. Especialista en Mercadeo, de le Universidad Eafit. Especialista en Investigación Social, de la Universidad de Antioquia. Profesor de la Universidad nacional de Colombia desde 1977. Profesor invitado a 35 universidades hispanoparlantes. Consultor en Marketing para más de 350 compañías. Director de más de 3,500 investigaciones empresariales en el campo del Marketing. Leer sus columnas.[/author_info] [/author]
Bibliografía:
(1). http://www.viajarpraga.com/
(2). http://www.radio.cz/es/static/reloj-astronomico
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