“Durante los últimos días y a raíz de la situación que vivimos, la cuestión de la privacidad personal ha vuelto a cobrar relevancia. Países alrededor del mundo luchan para frenar y contrarrestar el crecimiento de casos de COVID 19 y el uso de la tecnología ha y seguirá jugado un papel destacado”
En 1949 Eric Arthur Blair, mejor conocido como George Orwell, escribió la aclamada novela “1984” como una advertencia de una sociedad que pudiese llegar a consolidarse. Un estado autoritario que castiga la libertad de pensamiento y expresión además de eliminar toda privacidad estableciendo en su lugar una vigilancia omnipresente en la vida de los habitantes.
Durante los últimos días y a raíz de la situación que vivimos, la cuestión de la privacidad personal ha vuelto a cobrar relevancia. Los países alrededor del mundo luchan para frenar y contrarrestar el crecimiento de casos de COVID-19 y el uso de la tecnología ha y seguirá jugado un papel destacado. En China al iniciarse la pandemia, rápidamente el estado habilitó canales digitales embebidos en los dispositivos electrónicos y una aplicación estatal. Una app que individualiza sus ciudadanos y extranjeros visitantes para posteriormente hacer seguimiento a cualquier tipo de movimiento que realice en el territorio nacional. ¿El objetivo? Realizar un rastreo y determinar posibles contactos con zonas de peligro o personas contagiadas. En Estados Unidos gigantes como Apple y Google han ofrecido su tecnología al gobierno federal para habilitar este tipo de solución en el territorio estadounidense y aplicar las mismas medidas que controla la sociedad.
En Colombia, durante una de las tantas alocuciones presidenciales, el Pdte. Ivan Duque junto con la exministra Sylvia Constaín anunciaron el lanzamiento de la aplicación CoronApp Colombia una herramienta que dará información actualizada sobre cómo está evolucionando el virus en Colombia a partir del registro y análisis de la data ingresada por los ciudadanos. Acá mismo en Medellín, el alcalde Daniel Quintero también ha sido enfático en el registro en el portal de Medellin me Cuida una iniciativa que resalta el uso de la tecnología como herramienta para mitigar los riesgos de contagio.
Detrás de estas plataformas se esconde un uso quizá indiscriminado de la data pública, semi privada y privada de cada uno de nosotros. Particularmente en los términos y condiciones del portal Medellín me Cuida se resalta el derecho a “acceder a la geolocalización de usuarios de acuerdo a la información proporcionada para despliegue de esfuerzos de tratamiento de los impactos ocasionados con la emergencia”. ¿Estamos tranquilos en tener este grado de vigilancia en nuestras vidas? ¿Será que una vez superada la adversidad actual se cesará este seguimiento y vigilancia? Hoy la finalidad es rastrear los contagios, pero el alcance de este tipo de concesiones es indescriptible y peligroso
Personalmente y de manera franca he reconocido que el uso de la tecnología trae consigo una renuncia implícita a cualquier tipo de privacidad. La finalidad de los datos recopilados de las apps que utilizo, las redes sociales de las que soy partícipe, la geolocalización compartida a través de mis dispositivos, el acceder a compartir mi voz, mis huellas dactilares mi rostro como mecanismos de reconocimiento digital es una muestra de esa renuncia voluntaria a las que absolutamente todos estamos expuestos. Yo ya di mi aceptación y soy consciente hasta cierta medida de las consecuencias que se podría derivar de ello. Ahora la pregunta que queda por resolverse es ¿Están ustedes de acuerdo? ¿Están ustedes conscientes?