Sonó el teléfono. En tiempos de incertidumbre, siempre hay que contestar el teléfono.
- ¿Aló?
- ¿Carolina?
- Sí, Juli. ¿Cómo estás? ¿cómo sigues?
- Ahí vamos, estos días me he sentido muy débil estos días
- ¿Cuándo vuelves al médico?
- Pronto, pronto…
Julieta tiene 80 años. Hace dos años fue diagnosticada con cáncer de seno. Hoy, 26 de abril, tiene metástasis en los pulmones y el cerebro.
- Los llamé para que salgan a ver el sol, ¡está haciendo un día hermoso!
- Sí, Juli, desde el patio se ve muy iluminado
- Todo el mundo nos llamó para decirnos que el sol estaba hermoso, ¡salga, salga! Dígale a su mamá y a su hermana
- Sí Juli, ya les voy a decir
Salí al balcón y sentí un aire de novedad. Los mismos edificios de concreto, la iglesia, la calle y las flores de mi mamá parecían hoy diferentes. Sus colores eran vívidos y penetrantes. De alguna manera, regresó a mí una claridad que las paredes me habían arrebatado hace algunas semanas.
Julieta se despidió.
- Hablamos pronto, ¡saludes!
- Las quiero mucho Juli, cuídense.
Solo después supe que se trataba de un halo solar. A lo largo del día pensé mucho en esa llamada, hoy mismo creo que nunca la voy a olvidar.
No sé qué truco hará el tiempo en nuestras almas para darnos el valor de continuar aun con la plena certeza de lo fatal. No sé cómo el dolor ha llegado a convivir con la belleza. Julieta es para mí un misterio, y al mismo tiempo, un milagro.
Cuando era niña, ella nos llevaba a jugar a mi hermana y a mí a los parques que había frente a su casa. A veces pasábamos tardes enteras viendo sus álbumes de fotos. A los 9 años fue ella quien me contó que el niño dios no existía. Estuve enojada unos días, pero ella nunca lo supo.
Tantos años después, su imagen ronda mi cabeza. Ahora se ve maltrecha y pequeñita. Las últimas veces que pude visitarla, antes de la llegada del enemigo microscópico, me sonrió y se alegró de verme.
Quizá sea ese su último recuerdo, a excepción de los días soleados. Julieta siempre volverá en los días soleados.
Carolina Muñoz B.
Nota:
En Al Poniente quisiéramos saber cómo ha sido la experiencia de las personas en este tiempo que llevamos confinados en nuestros hogares. Decidimos crear los Diarios de Cuarentena, con la intención de comunicar los sentimientos, sensaciones y experiencias vividas que sentimos en estos momentos insólitos para nuestra especie, a raíz del confinamiento.
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