Necesitamos mejores líderes

“Platón en el mito de la caverna nos invita a hacer partícipes a aquellos que siguen adentro y que ignoran las bondades del conocimiento y del saber, así como también de su necesidad para lograr por fin la utopía de la óptima república”, son las palabras que empleó María Teresa Uribe para dar su análisis al respecto. Sin embargo, aquellos que hoy son nuestros líderes parecen más empeñados en ocultar la verdad, en mostrarse egoístas a ese conocimiento y en querer mantenernos en la oscuridad de nuestras cavernas. Además, afirma también María Teresa que “la ciencia política en particular, tiene la debilidad de falta de precisión y certezas sobre la verdad”.

Con la actual pandemia del COVID-19, sí que son ciertas estas afirmaciones. Observando nuestros dirigentes, casi que se puede afirmar que no tenemos un liderazgo verdadero en Colombia y por el contrario el objetivo de estos es mantenernos aislados de la verdad. Lejos estamos de aquellos dirigentes del pasado como Gaitán o quizás el mismo Galán quienes como afirma María Teresa, “colocaron en riesgo su vida, incluso a manos de aquellos a quienes intentaban despojar de sus cadenas”. Y, es que muchas veces son aquellos quienes aferrados a lo único que conocen, a conservar la nada que tienen, son capaces de matar a aquellos que intentan liberarlos y que mejor ejemplo que el nuestro, el colombiano.

Es por esto, que necesitamos nuevos y mejores liderazgos, aquellos que no estén al servicio de quienes han financiado sus campañas políticas, si no aquellos que tengan el vigor para hacernos partícipes a todos de la construcción de país. El virus actual ha servido para darnos cuenta que aquellos que se han hecho al poder, carecen profundamente de ideales humanos y son incapaces de construir y dejar a un lado los trastes viejos de acuerdo a esta nueva situación. Necesitamos dirigentes que sean capaces de pensarse un país y un mundo diferente, como decía Marx: “los filósofos, más allá de interpretar el mundo, deben transformarlo”. Quizás ese también ha sido nuestro error, hemos desechado las ciencias humanas como la filosofía por considerarlas poco productivas, ya que percibimos como infinito el sistema capitalista y el consumo, por ende estas no han sido “rentables” para nuestro mundo contemporáneo.

Por otro lado, el maestro Carlos Gaviria también nos hacía un llamado en uno de sus textos “¿Qué es la política?” a entender la importancia de la educación política, en dicho texto hablaba de como la educación política podía transformar la sociedad civil y ayudaría a entender las maneras de ejercer el poder, y que más importante esto, ahora que todos a través de redes sociales creemos tener el criterio de opinar sobre nuestro acontecer político pero sin tener las bases para sustentarlo. Además, Gaviria también hacía referencia a esa necesidad de que los conceptos fundamentales trasciendan las barreras de los especialistas y pasen a ser dominio público. 

La política tiene como objeto de estudio las formas de convivencia y al estar todos nosotros educados políticamente encontraremos maneras más adecuadas de convivir. Pero es entendible que muchas personas sean reacias a la política ya que no dividimos las instituciones de sus individuos, que lastimosamente por como lo cuenta nuestra historia,  los políticos han sido asociados a los audaces capaces de engañar. Sin embargo, si fuésemos capaces de distinguir las problemáticas sociales a través de esa educación política, tendríamos por lo tanto mejores líderes y la política en su búsqueda del poder entre quien manda y dirige a esta comunidad, dejaría de ser un asunto problemático.

Además, como lo dijo Johann Bejamin Erhard: “La ilustración es el primer derecho en una democracia”, dado que esta se trata de decidir y si son los ciudadanos los que van a decidir deben estar informados sobre esto y las consecuencias que puede traer. Nuevamente volvemos a la premisa de Carlos Gaviria: “La educación política es pertinente y necesaria”, con el cultivo del espíritu seremos una sociedad mejor y con la educación política también entenderemos en qué clase de gobierno estamos y evitará la manipulación de la opinión. Así de esta manera, entenderemos si esto es una democracia o no, me atrevería a decir que sería mejor ser conscientes de que estamos en una dictadura, porque sabríamos a qué atenernos, mientras que esta semidemocracia en la que vivimos no hay libertad de opinión y de ideas, no sabemos cómo actuar frente a ella. Es la verdadera democracia la que ofrece veracidad sin represalias y poder manifestarse como es.

Finalmente el llamado es y será siempre, a que nuestros supuestos líderes políticos asuman de la manera más honorable su deber de implementar dicha educación, desde la niñez, para que nuestros futuros ciudadanos sin importar su profesión del futuro, tengan el criterio, la veracidad y sobre todo la capacidad de saber elegir, de construir y transformar la sociedad. Entonces, serán ustedes los dirigentes políticos quienes deben ir en búsqueda de ser mejores para sostenerse en el poder y dirigir a esta comunidad que representan.

Jonathan Peláez R.

Soy estudiante de último semestre de Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia; miembro del comité editorial de la Revista de Estudiantes de Ciencia Política y he sido "joven" investigador en el Instituto de Estudios Políticos de la UdeA. Soy un apasionado por los temas de país, coyuntura política nacional, ideologías y cultura política, además de ser un apasionado por el fútbol y la música y su relación con la política.