Madres, hermanas y esposas entre una edad de 50 a 65 años, lo único que buscan es saber la verdad de todo lo que ha pasado, que sus familiares fallecidos (encontrados en fosas comunes), no han sido personas malas, ni mucho menos guerrilleros, quieren limpiarles sus nombres y que se halle el culpable de estos hechos.
En Colombia las fosas comunes se han vuelto pan de cada día, en las cuales entierran y esconden las maldades de este país, los famosos falsos positivos, de los cuales inventan una historia diferente a cada NN que encuentran sin contar con que estos tienen un nombre, una familia que los ama y los defiende, que se ha quedado esperándolos en casa por años.
Un grupo de mujeres se hacen llamar Madres Falsos Positivos MAFAPO, del cual hacen parte 11 madres, 2 hermanas y 1 esposa, llevan 12 años luchando, defendiendo sus derechos. En un principio empezó en Soacha y Bogotá con su colectivo “Quien dio la orden”, el cual se ha vuelto un movimiento, que ha crecido a otros lugares de Colombia entre ciudades y pueblos donde habían mujeres que pasaban por lo mismo y no había quien les brindara un apoyo y un acompañamiento.
El propósito de estas guerreras es saber quién lo hizo, saber la verdad, con las pruebas suficientes llegar a que alguien se haga cargo de los hechos y pague legalmente por sus seres queridos, que pidan perdón en público y se comprometan a reparar las víctimas.
Una de estas mujeres me manifiesta “le pedimos al gobierno que se obligue a desenterrar los miles de NN que hay y darles su identidad”.
Han hecho peticiones al gobierno, pero como en muchos casos en Colombia, responden muy poco, no hacen nada, se quedan brazos cruzados ante las injusticias, no solo el gobierno actual, también los anteriores se han quedado en un profundo silencio, dejando que las fosas no se sepan, que esos NN se queden sin nombre ni familia que los defienda, sino que buscan que queden como desaparecidos, que ni siquiera se sepan. Incluso hay una madre que ni si quiera ha logrado el rescate del cuerpo de su hijo, pero todas juntas son esa madre para tener una voz más fuerte.
Les pregunte: ¿Cómo pasaban en esta cuarentena?
Su respuesta fue que cada una en sus casas sin tener que comer, ya que no tienen ingresos y por la edad es difícil que las acepten en un trabajo, una de ellas les está consiguiendo mercados y ayudas, lo cual les da un poco de tranquilidad, pero aun así es más fuerte la incertidumbre que sienten por el olvido por los de ellas de parte del gobierno.
Venden camisetas de su colectivo, con lo cual hacen un dinero para asumir gastos y poder tener un ingreso así sea pequeño.
Como el año pasado que lo dividieron entre ellas y fue con lo que pasaron navidad.
Estas mujeres seguirán luchando hasta llegar con la verdad, sus edades no son un freno, para nada, antes guerrean con más fuerza, sus muertos no se olvidan, les da más dolor cada día, pero el querer hacer el bien y saber la verdad es un grito mucho más fuerte, que el dolor que sienten y todo lo que han llorado a sus familiares.