“El Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020 – 2023 es un llamado por la unidad de Medellín.”[i]
Después de un gobierno que durante cuatro años logro retroceder a Medellín en relación con su situación social, la esperanza de más de 300.000 personas se volcó en la figura de Daniel Quintero Calle. Y, desde su acto de posesión, daba la impresión de que establecería un pacto de sociedad que uniera a la comunidad medellinense en torno a la esperanza y la paz.
Desde el primero de marzo, Medellín cuenta con un anteproyecto del Plan de Desarrollo para estos cuatro años, que, como lo dice su titulo es un documento que requiere ajustes ya que la cultura de planeación de la Ciudad exige que estos documentos ofrezcan mas luces que sombras.
Este texto es el primero de una serie que buscan ofrecer elementos para el análisis ciudadano del Plan de Desarrollo de Medellín. Y parto, como me lo recomendaron hace mucho tiempo, por lo último, es decir, cuanta plata hay, como se distribuye y de donde viene.
Construir un proceso de unidad, requiere ofrecer la información clara, disponible y verificable, y aunque tendré un espacio para analizar la participación ciudadana, me pregunto: ¿cómo se puede incidir en la toma de decisiones si no se contó con la distribución presupuestal?
El Plan de Desarrollo de Medellín, tiene un presupuesto de inversión social inicial de 18,2 billones de pesos[ii], que representa un crecimiento de 2,2 % con respecto a lo que se gastó la administración anterior, y equivale al 78,2 % de los ingresos municipales, que se sustentan, entre otros, en tributación, créditos internos por medio billón de pesos y las transferencias de EPM, que, desde el año pasado, se reconoció por EPM que pueden reducirse. Es decir, la Unidad se basa en más crédito, unas transferencias inciertas y en eventuales impuestos (ver pág. 270 del anteproyecto). Este es la primera sombre ya que el anteproyecto no ofrece un documento que sustente que EPM se compromete con estos valores y tampoco se sabe si es el 30% de los excedentes como lo establece el acuerdo municipal, adicionalmente no se explica la razón por el acceder a más crédito, ya que la administración anterior dejo endeudada a la Ciudad.
El 52,5% de los recursos destinados a la inversión social tienen destinación específica y el 47,5%, o sea 8,7 billones son flexibles, es decir, este monto seria lo que se destinaria a lo solicitado por la ciudadanía y lo propuesto por el entonces candidato en su programa de gobierno. Esta es otra sombra: se cuenta con recursos limitados para infinitas necesidades.
El 30,1% de los recursos de la inversión social están destinados a la línea: Transformación Educativa, el 26,9% a Recuperemos Lo Social, el 21,6% a Ecociudad, el 13,4% a Gobernabilidad y Gobernanza, el 5% a Presupuesto Participativo, y solamente el 2,9% para el Valle de Software. Este último es el hito fundamental del Programa de gobierno, y, acorde, con el discurso de instalación en el Concejo de Medellín, el elemento fundante para la Unidad en el Futuro de la Ciudad. Este es la última sombre, ya que con 532 mil millones de pesos no es claro si este proyecto se consolide y mas aun, en el mismo Anteproyecto se pone a consideración las vigencias futuras, o sea, que continuaremos con proyectos empezados que tiene que terminar administraciones futuras.
Por ahora invito a la Alcaldía a ofrecer mas claridades sobre el presupuesto, ya que la Unidad parte de la información completa, veraz y disponible que disponga la ciudadanía para construir la ciudad futura.