Para nadie es un secreto que en la ciudad de Medellín nos damos golpes de pecho cuando de transporte público se habla, pero de bocas para adentro lo sufrimos y nos lo tragamos. ¿habrá algún motivo para que en la ciudad de la eterna primavera tengamos tantas quejas del transporte público?; que los buses son chimeneas andantes, que la falta de cobertura en algunos barrios, que si cae una gota de lluvia trancones por doquier… y una cantidad de inexplicables situaciones que para el sistema integrado que tenemos no deberían ser obstáculos para que fluya una ciudad en situaciones normales. Entonces, ¿podemos decir que tenemos un sistema integrado de transporte mal montado?, a primera vista la respuesta es NO, pero lo que sí está es mal organizado, desde el punto de vista de la teoría de juegos en economía, este sistema es un desorden ni el verraco, un caos total.
En las finanzas hay dos términos bastante usados a la hora de realizar análisis, ‘Top Down” que quiere decir de lo más amplio a lo más estrecho, y “Bottom Up” que significa todo lo contrario, de lo más pequeño a lo más grande. Las grandes ciudades en el Mundo, como Nueva York o Londres han sido planificadas desde sus principios, fundamentando crecimiento poblacional, infraestructura y transporte a largo plazo, a diferencia de Medellín que creció gracias a personas que se iban apropiando de terrenos baldíos en los diferentes cerros de la ciudad y construían viviendas y vías de acceso artesanales. Esto permitió no sólo que la ciudad creciera desmedidamente y sin control, sino también que complicó la elaboración de un sistema de transporte público estructurado, sin avenidas y con calles tan estrechas como inaccesibles. Volviendo a nuestros términos financieros, la ciudad creció en forma “Bottom Up”, mientras que si miramos por ejemplo Londres creció bajo un modelo “Top Down”, allá podríamos decir que existen anillos en los que está separado el sistema de transporte público, el principal es el Underground, el metro, que cruza por las principales arterías y puntos concéntricos de la ciudad, a su vez estos conectan con los ‘London Buses’, que son los autobuses de dos pisos rojos que todos vemos en las películas, estos toman como circuito alimentar un segundo anillo que lleva a lugares igual de importantes pero menos congestionados como una zonas industriales o culturales, y finalmente los ‘London Buses’ conectan con un tercer anillo, los autobuses de transporte público tal y como todos los conocemos, los cuales son los encargados de transportar a la periferia de la ciudad, donde se encuentra más una zona residencial y barrios como los nuestros.
El Problema
Medellín no creció igual que Londres evidentemente, pero pudo haber organizado algo mejor que lo que nos entregaron, empezando por la naturaleza del transporte público, que finalmente no es tan público y es ésta la raíz del problema, es decir, acá tenemos una cantidad de empresas privadas que son las encargadas de prestar el servicio de transporte público en buses, y tenemos un SITVA que tampoco es que sea la panacea en materia de organización, tiene sus cosas buenas, si, es limpio, incentiva la Cultura Metro, pero hay que decírselos, mal organizado si está, conectando todos los sistemas en puntos tan congestionados, concentrando en puntos tan delicados, rutas de metroplus, tranvía, y metro generando un caos vehicular ni el verraco en zonas que deberían moverse fluidamente. Pero continuando con el verdadero problema, los buses privados, hay que decir una realidad, son empresas privadas, y su objetivo es maximizar sus ganancias, esto lo hacen de una forma hasta ortodoxa, con la lógica: mayor cantidad de buses, mayor número de pasajeros, mayores ingresos; Nefasto. Envolviendo a la ciudad en una cantidad de buses de toda índole, sin siquiera una regulación del estado de los buses o medioambiente., y cada empresa repasa las mismas rutas grandes para tomar la mayor cantidad de pasajeros, pero el gran problema es ese, al final el resultado es un centro de la ciudad a cualquier hora colapsado, ineficiente, por la búsqueda individual del beneficio de estas empresas, y consecuentemente derivando trancones que se van esparciendo por toda la ciudad hasta llegar a lo que vemos diariamente por donde nos metamos, como lo es “el bendito taco”.
La Solución
Un sistema unificado de transporte, en el cual se regule a estos privados y se reorganice por completo todas las rutas de la ciudad, no colocando una cantidad de buses y diferentes formas de transporte para cubrir toda la demanda, sino colocando la cantidad exacta y limitada de buses que hagan eficiente el sistema, impidiendo la aglomeración de un parque automotor que al final del día termina colmándonos la paciencia, y de paso promoviendo la movilidad eléctrica y el uso de energías sostenibles ayudando también a esta contaminación, que si no nos mata ese hollín, nos mata un coonatra por la 80.