Si le hubieran preguntado hace seis meses a cualquier ciudadano residente en Bogotá, e incluso en cualquier otra ciudad de Colombia, acerca de quién sería el o la próximo(a) alcalde(sa) de Bogotá, seguramente todos hubieran respondido al unísono que ganaría Claudia López. Pero hoy las cosas han cambiado, hoy ya no es la favorita, hoy ya no genera esperanza en los jóvenes, hoy a los miembros de su campaña se les ve desesperados, y no es para menos. Las encuestas muestran una clara caída de su imagen ante los electores, a tal punto, que Carlos Fernando Galán ya la aventaja por más de 10 puntos porcentuales en la última medición realizada por el Centro Nacional de Consultoría.
¿Cómo explicar esto? Sencillo, solo hay que devolvernos en el tiempo un año y ver lo que sucedió en la elección presidencial de 2018. En esa ocasión, Germán Vargas Lleras empezaba como máximo favorito, al haber sido un vicepresidente ejecutor de obras, tener grandes empresarios y a la llamada “maquinaria” de su lado. Pero al final de la campaña, el máximo líder de Cambio Radical, no terminó estando ni entre los dos candidatos más votados de la primera vuelta. La razón: sus propios comportamientos. Un vídeo en el que le propina un “coscorrón” a uno de sus escoltas, sumado a otras salidas en falso que dejaban ver su mal carácter, lo terminaron dejando sin chances de ser presidente de Colombia.
En este caso, Claudia no le ha pegado coscorrones a ningún escolta, pero si ha dado muchos pasos en falso, lo que la tiene a punto del knock out. El principal ha sido basar su campaña en ataques personales a los demás candidatos y no en propuestas, pues cambia de opinión sobre los temas fundamentales de la ciudad casi con la misma frecuencia con la que es citada por los jueces para que rectifique las afirmaciones irresponsables y mentirosas que hace contra las demás personas. Sin olvidar que ha faltado a casi todos los debates, y con razón, pues cuando le ha tocado hablar en público nos sorprende al desconocer los precios de un pasaje de Transmilenio, o reinventarse la ubicación de los barrios en las localidades, si es que no sale corriendo al quedarse sin argumentos. Si, corriendo, como sanguijuela por alcantarilla. Sumado a que para la derecha, ella es el “as bajo la manga” de Petro, y para la izquierda es una pupila más de Peñalosa. Cosa que no ha hecho sino quitarle simpatizantes, pues ante la duda, abstenerse.
Por lo que a pocas semanas de la elección, con los girasoles marchitos de aquella ilusión que sembró Mockus algún día en el partido verde, la realidad nos muestra que al parecer el próximo alcalde será Galán, todo esto debido a que Claudia no ha parado de darle coscorrones a su candidatura. La historia se repite.