No me molesta para nada que algunas calles, edificios, túneles y en general algunas obras civiles las bauticen con nombres de personas que han sido referentes de la sociedad. Es una manera de llevar al mármol esa memoria como para recordarle a la sociedad qué le significaron en su momento esas personas, cuáles fueron sus virtudes, y qué aporte distinto del común de las gentes entregaron como para eternizarlos.
A cada rato llego a parques de los pueblos colombianos, que en su mayoría tienen el busto del libertador Simón Bolívar, y encuentro imágenes de otros próceres más locales: sacerdotes casi siempre que hicieron mucho por la educación en el territorio. Eso está bien… estuvo bien, y digo estuvo, porque la tarea de las autoridades culturales de cada municipio -que aún no termina- debería enfocarse en la adopción de políticas que apunten a mantener vigentes esos nombres y esos méritos en la memoria colectiva de sus pequeñas y cambiantes sociedades.
Es desalentador preguntar a cualquier parroquiano desprevenido en un parque, quién es el homenajeado con una estatua, y a fuerza de bregas sabe el nombre, pero desconoce su historia. Más, mucho más desalentador es preguntar a los responsables de instituciones que llevan el nombre de alguna persona, y no saben dar unos datos medianamente cercanos a su biografía, ni cómo fue que la institución por ellos regentada, adoptó ese nombre.
Sí, la historia está cargada de hombres y mujeres que entregaron todo y algo más por la mejora integral de su comunidad cercana, y más que homenajearlos o congraciarse con sus familiares sobrevivientes, hay que ponerlos de ejemplo ante las nuevas generaciones para que estas entiendan la necesidad de contar con buenos ciudadanos, que hagan de lo ordinario, algo sencillamente extraordinario.
Ojalá pues en los colegios locales se dicte cátedra de reconocimiento a esas personas, pues al no hacerlo no solo se va perdiendo la información, sino que lo que se logra es que cada estatuilla, sea más bien razón para humillar o cuando menos ridiculizar a esa persona replicada.
De remate: al tema de la retoma de los espacios públicos, casi ningún alcalde se le mide… “el que me suceda verá cómo se las arregla”, dirán. Felicitaciones a la administración de Bucaramanga (alcaldía y concejo) que se resolvieron por hacer a un lado cálculos de costos políticos, y asumieron su tarea de recuperar para Todos, lo que es de Todos.