“La educación debe ser universal, es decir, para todos, en sus diferentes tipos y niveles y según las capacidades de cada uno. Si la época no fuera de tantas trampas sobraría subrayar que también debe ser de calidad.”
-Jorge Enrique Robledo, senador Polo Democrático Alternativo.
El domingo 12 de agosto del 2018 se convocó a los estudiantes del grado undécimo, y demás colombianos que buscaban validación académica, para presentar las pruebas Saber 11 ante el Instituto Colombiano para la Evaluación de la Educación, ICFES. Cerca de 662.117[1] colombianos, de los cuales 626.338 están matriculados en el grado once, fueron citados para la presentación de la prueba de validación estudiantil, siendo además la única catalogada para medir el rendimiento académico del estudiante y la calidad educativa en el país[2].
Según el artículo de Ángel Pérez Martínez “¿Cómo continuarán estudiando los 700.000 bachilleres del 2017?” se alude a cifras de años anteriores en los que se comprueba que al menos el 40% de los estudiantes que presentan las pruebas Saber 11, no accederán a la educación superior los próximos años, condenados al rebusque y la vagancia obligatoria. Cito al autor en el siguiente párrafo:
“La última tasa de absorción publicada por el Ministerio de Educación Nacional, MEN, año 2016, encontró que de los 484.664 estudiantes matriculados en grado 11 en el 2015, sólo 184.013 aparecían matriculados en la educación superior en 2016, con una tasa nacional de absorción inmediata del 38%[3]”
¿Cuáles son las razones por las que las que un número significativo de los bachilleres graduados no acceden a la educación superior? La respuesta puede abarcarse entre varios asuntos: La imposibilidad económica de muchos de los hogares colombianos para consignar matrículas absurdamente costosas en una institución privada, después de no haber pasado el examen de admisión a las cercanas universidades públicas; el derogado apoyo de los acudientes al joven que tiene todas las intenciones de realizar una carrera profesional; la nula intención del graduando en estudiar algo más que su bachillerato; o simplemente, la dificultad de suministrar recursos para el sostenimiento del joven, ya sea en su misma región o en una más alejada para realizar sus estudios. En este artículo nos centraremos en la primera razón abarcando en poca cabalidad las demás.
Como estudiante que accedió a la educación superior por haber logrado un puntaje relativamente alto en las pruebas ICFES, fui convocada por el programa Ser Pilo Paga, financiado por el ICETEX durante el gobierno de Juan Manuel Santos y la ministra de educación Gina Parody, única estrategia educativa de dicho mandato que posibilitaba a jóvenes de estratos 1 y 2 a matricularse en cualquier institución educativa acreditada por el MEN. El programa Ser Pilo Paga, a pesar de haberle brindado educación superior a 40.000 bachilleres, no cubrió ni el 20% de los graduandos durante los cuatro años que estuvo vigente, dejando al resto de estudiantes en la zozobra o en el peor de los casos, el endeudamiento de por vida. Este programa se mantuvo en la polémica debido a que se camuflaba constantemente en nombre de “beca” cuando en realidad era un crédito condonable, vigilado y financiado por el ICETEX, donde se motivó a los estudiantes a matricularse en universidades privadas fortaleciendo la deuda externa por la imposibilidad presupuestal del país para pagar dicho costo (cerca de 498.000 millones que se les da a las universidades privadas mientras se recorta presupuesto de públicas[4])
El gobierno de Santos y sus antecesores se dedicaron a desfinanciar la educación pública y convertirla en una angustia constante para los jóvenes que presentaban su examen de admisión y que, por múltiples motivos, no conseguían aprobarlo por el límite obligatorio de cupos. La Universidad Nacional, nombrada por muchos años la mejor institución de educación superior en el país, sufrió de fuertes recortes presupuestales para su sostenimiento, obligando a los estudiantes a movilizarse constantemente exigiendo el respeto hacia el patrimonio educativo que todos los colombianos merecen.
Según el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, “de ahí que la consigna de la educación universal naciera acompañada con la de su carácter gratuito y pagada por el Estado, porque de otra forma no puede alcanzarse. Y a ello se sumó definirla como derecho, para resaltarle su importancia y convertirla en un deber del Estado, la principal fuerza económica de cualquier sociedad”, una clara voz de representación a las exigencias de los estudiantes que han convocado constantes marchas para exigir la educación gratuita y de calidad.
Ahora, ¿a qué viene todo lo anterior para con los estudiantes que presentaron las pruebas ICFES este domingo? La educación en Colombia se ha alejado de la verdadera razón por la cual un colombiano debería estudiar: para fortalecer su capacidad de desenvolvimiento en el espacio social, además de la posibilidad de conseguir un trabajo digno (sin contar con la crisis que manifiestan constantemente varios sectores profesionales en cuanto a asuntos de salario y dignidad). Estudiar y trabajar en Colombia aún representa un riesgo y un camino lleno de dificultades.
La falta de oportunidades económicas, el limitado ingreso a estudiar una carrera profesional por la desfinanciación y la privatización de la educación, además de la poca motivación implantada por el Estado para continuar con estudios, significan las sentencias de casi la mayoría de los jóvenes que presentaron sus pruebas, condenando de nuevo al país al subdesarrollo y la desigualdad, generadores de violencia y muchas más razones que tienen ahora a Colombia como lo que es: ¿en un atraso eterno?
El reto ahora es la exigencia constante de la educación gratuita y de calidad durante el gobierno de Iván Duque, otro posible protagonista del corte presupuestal y la privatización educativa en el país.
[1] http://www.icfes.gov.co/item/2495-colombia-tendra-las-pruebas-de-estado-mas-seguras-de-la-historia
[2] http://www.icfes.gov.co/quienes-somos
[3] https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/como-estudiaran-los-bachilleres-de-2017-por-angel-perez/253016
[4] https://www.elespectador.com/noticias/educacion/universidades-marchan-contra-recortes-de-presupuesto-articulo-716439