«Todas las utopías tienen en su centro una de las principales disfunciones estructurales de la vieja conciencia: aspirar a la salvación en el futuro. La única forma como el futuro puede existir es en forma de pensamiento, de tal manera que cuando proyectamos la salvación hacia el futuro, lo que hacemos realmente es buscarla en la mente. Permanecemos atrapados en la forma, y eso es ego.» ECKHART TOLLE
Usando este mismo principio y la propuesta que aquí expresa Eckhart Tolle, verificamos que nos lleva a una paradoja de que la paz no la podemos alcanzar desde ningún lugar remoto, en ningún espacio sagrado o en un evento futuro. Solo en nuestro espacio interior y en este preciso momento.
Desde tiempos inmemorables el hombre ambiciona la paz. Es esa búsqueda de actos pacíficos a los múltiples conflictos que tiene su origen nuclear en el ego de los seres humanos. La idea de tener la razón nos ha llevado siempre a luchas raciales, religiosas, de ideologías tanto políticas como económicas, a conflictos por los recursos (agua, petróleo y todas las demás commodities). Es una epidemia que no hemos podido erradicar. Digamos que es una epidemia mental, es un verdadero problema mental.
Pero caemos en un error constante, buscamos identificar a los demás desde su ego, no siendo más que una proyección de nuestro mismo ego tratando de tener la razón en nuestra misma forma de pensar. Desde esa perspectiva no hemos podido solucionar los conflictos desde las muchas protestas contra la guerra o contra los malos-tratos infantiles, los exterminios raciales y religiosos o las agresiones y violencia hacia la mujer.
Cuando hablo de Liderazgo Consciente, no es para mi una cruzada o una lucha contra algún tipo de liderazgo inconsciente que nos llena las noticias de cada día, no se trata de cambiar a nadie, ni hacer campañas para erradicar ciertas personas o situaciones. Aunque muchas veces hay que actuar y prevenir, por protección a los que no tienen capacidad para hacerlo o para evitar males mayores.
La adopción de una forma de liderar consciente es por sí, la más profunda forma de transformación de uno mismo y su entorno. Todo como lo vemos ahora, en especial con las medidas y sanciones contra países y terroristas, lo que ha hecho ha sido aumentar el conflicto. La historia es fértil en muchos casos donde no encontramos un éxito rotundo de larga duración. La proliferación de armas no es más que el efecto de los que por un lado dicen que las quieren erradicar, siendo ellos los que más invierten en su producción para teóricamente defenderse de un enemigo que han ayudado a crear.
Las normas de las sociedades nos llevan a no ser nosotros mismos y vivir en una especie de prisión, amarrados a muchas máscaras para poder sobrevivir en la selva de los juicios a lo que somos o dejamos de ser.
Como expresa Eckhart Tolle, el ego se alimenta de otro ego, así que mientras nos ocupamos en quejarnos, acusar, atacar a otro ego, lo que estamos haciendo es crear un nuevo conflicto o alimentando el existente, aunque creamos estar haciendo lo opuesto, que estamos simplemente buscando la paz o la justicia.
Basta mirar cómo las campañas contra la guerra, el cáncer, las drogas, los toros, la pobreza (para citar algunas mediáticas) aún no ha tenido un efecto práctico importante, porque no hemos conscientemente tratado de observar qué es lo que estamos haciendo con esa guerra contra la misma guerra.
Es muy interesante entrar en este dominio y darnos cuenta de que somos totalmente inconscientes de las consecuencias de nuestras reacciones y de la forma cómo gestionamos nuestros pensamientos y las sensaciones que se producen a los eventos percibidos.
¿Qué es entonces un líder consciente?
Es aquí donde tiene todo el sentido hablar de un liderazgo más consciente.
No tengo una definición clara de un líder consciente, porque si lo hago de una forma clara quedaría poco espacio para muchas más posibilidades que ahora no puedo vislumbrar. Aunque podemos abordar algunas características tales como; un líder consciente tiene la capacidad de escuchar, y saber escuchar conlleva a que puede que algo no le guste, a algo que no esté de acuerdo, algo que sea surrealista y que su ego va reaccionar ante tal barbarie u ofensa.
El líder consciente permite sentir el dolor o la incomodidad de lo que ha escuchado y tomar esa responsabilidad. Aunque no esté de acuerdo, se abre a escuchar otra versión, otro punto de vista, otra ideología. Incluso trata de ir más allá, conocer mejor a su interlocutor, sus experiencias, su cultura, sus raíces, sus traumas, que seguramente son las bases de su mismo pensamiento, sus ideas, sus ideologías. Ahí surge un aprendizaje, una comprensión, la empatía y la aceptación. Aunque no esté de acuerdo, aunque no siga ese camino, puede aceptar que otros tengan versiones diferentes de la forma de estar y vivir y trata de encontrar puntos intermedios y establece puentes.
El líder consciente es curioso, tiene ese carácter de niño que le gusta descubrir todo, no encuentra en las rutinas una desmotivación, siempre encuentra nuevas y frescas visiones sobre la misma situación, que no es más que un nuevo evento bajo otras circunstancias.
El líder consciente es divertido y auténtico, permite expresar su sentido del humor, tiene la capacidad de reírse de sí mismo. Muchas veces tenemos la creencia que al crecer y ser adultos nuestra postura debe cambiar, que ser más serios nos lleva a ser más aceptados por una sociedad que confía más en la seriedad “facial” que la verdad de una sonrisa suelta y sincera. Las normas de las sociedades nos llevan a no ser nosotros mismos y vivir en una especie de prisión, amarrados a muchas máscaras para poder sobrevivir en la selva de los juicios a lo que somos o dejamos de ser. El sistema niega a los que salen de los padrones establecidos.
Así que la paz no se encuentra en un plan estratégico, es la responsabilidad de cada uno.
El líder consciente inspira a otros a ser líderes, a actuar como líder de sí mismo y de las funciones que tiene. Impulsa la creatividad, la innovación, el espíritu abierto a nuevas posibilidades.
El líder consciente promueve el talento de cada uno de sus colaboradores y los cuida para ofrecer un espacio donde todos puedan estar más felices y en armonía.
El encuentro con la paz
La colaboración surge de forma natural en un entorno donde el liderazgo consciente está presente. No hay riesgo a perder algo porque no hay la sensación de un ego que tiene miedo a perder su conocimiento, su posición o sus títulos. Ser líder consciente no tiene apenas que ver con su capacidad intelectual pero sí con la apertura a crear relaciones honestas y sinceras con los demás y estar en total conexión con su sabiduría.
Así que la paz no se encuentra en un plan estratégico, en una acción a suceder, en un evento determinado, pero si es parte de una forma de estar, de una actitud totalmente consciente con uno mismo, con sus emociones, con sus reacciones, con su estado, de la forma como se alimenta, de cómo descansa, de cómo gestiona su energía.
La paz es la responsabilidad de cada uno, es una responsabilidad individual. El líder consciente lo sabe, es totalmente consciente de ello. Pero es algo de este momento, de un solo instante, no hay un evento futuro que sea la esperanza de la paz, la paz está aquí presente en cada uno.
El liderazgo consciente y todas las formas conscientes de ver el líder y las organizaciones no son el futuro, ya están aquí, son una realidad, son una posibilidad más a abrazar. Es una decisión individual. No es una decisión de un colectivo, ni de una organización, es personal y totalmente libre. Nuestro compromiso es con esta simple y única verdad.
¿Qué esperamos para encontrarnos desde una perspectiva más abierta y consciente?