El 2016 estuvo marcado por cambios fuertes en la economía mundial, con la victoria de Donald Trump, el Brexit, el bajo precio de los commodities y la desaceleración de China la Inversión Extranjera Directa (IED) coge un nuevo rumbo. Comprendiendo un total de USD $1,7 Billones la IED por presiones de la competitividad se está volcando hacia las economías desarrolladas en detrimento de las economías en desarrollo; las economías desarrolladas obtuvieron el 59% del flujo total de inversiones, y las economías en desarrollo el 37%.
El direccionamiento de la inversión extranjera en las economías desarrolladas estuvo principalmente marcado por fusiones y adquisiciones incrementando un 18% con respecto al año anterior, representando un 49.7% del total de los ingresos de IED. El valor relativamente bajo del Euro, la gran liquidez internacional, y la reorientación de China a invertir en las tecnologías de comunicación en la Unión Europea marcaron el cambio de tendencias de la IED visto durante el periodo 2008-2015.
China durante el 2016 presentó un cambio histórico en su política económica, incrementando sus inversiones en el exterior un 43%, llegando a superar por primera vez, las entradas de IED. Dicho suceso obedece al hecho de que China está buscando crecer no solo como un gran exportador, sino también atendiendo su demanda interna.
Para américa latina, debido al bajo precio de las materias primas la estructura de IED se recompuso sustancialmente; en Brasil y especialmente México el sector manufacturero volvió a recuperar un porcentaje significativo de la IED, y en Colombia hubo un cambio sustancial en el sector de los servicios que de 2010-2015 captó el 38% de la IED, para tener el 69% de la misma en el 2016. Las nuevas inversiones anunciadas en Latinoamérica se concentraron en el sector automotriz impulsado por Brasil y México, energías renovables y telecomunicaciones. La unión Europea, como conjunto, sigue siendo el principal inversor en la región, con el 53% del total, seguido de Estados Unidos con un 20%. China que ha incrementado su IED en el exterior solo representa el 1.1% de las entrada de IED en la región, no obstante según la CEPAL dicho número subestima la presencia de capitales chinos en LATAM.
En la región Colombia es el tercer receptor de IED con el 8% del total lo cual es explicado por la adquisición de ISAGEN por parte de la firma canadiense Brookfield y una mayor inversión en el sector de servicios. Es importante resaltar, que a pesar de que la entrada de IED cayó un 9.3% para Suramérica, Colombia, Brasil y Paraguay registraron un incremento en este rubro, siendo Colombia el país que mayor crecimiento tuvo pasando de USD $11. 732 millones a USD$13.593 millones. A marzo de 2017 las entradas de IED crecieron un 8,1% con respecto al mismo periodo del año anterior. El sector de manufacturero fue el principal receptor en el primer trimestre, 28% del total de IED, superando así al sector petrolero, con un 24%.
Colombia también contribuyó como inversor en el incremento regional en Inversión Extranjera, a través del Grupo SURA se adquirió la aseguradora RSA Insurance Group América Latina, con presencia en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Méjico y Uruguay, por USD$619 millones que pagó al Reino Unido. Dicha adquisición estuvo entre las 20 operaciones de este tipo más grandes realizadas en la región.
Según la CEPAL la IED sigue representando el flujo de ingresos más estable en la Cuenta Financiera de la Balanza de Pagos del país. Según el informe del Banco de la República (Banco de la República, 2017) para el primer trimestre de éste año el total de ingresos por flujo de IED representó el 54% (US$ 2,515 m) de ingresos de Capital Extranjero; la inversión de portafolio en el mercado local aportó el 38%, la colocación de títulos de deuda en los mercados internacionales participó con el 5%, y el restante 3% correspondió a préstamos y otros créditos externos.
La CEPAL advierte que a pesar del incremento que evidencia el mundo de IED, los resultados en términos de incorporación de tecnología, promoción de la investigación y desarrollo, y la creación de empleo han sido inferiores a los esperados, a pesar del potencial que podría tener con el desarrollo de estrategias orientadas a la modernización de las economías y la diversificación de la producción.