Las sociedades democráticas traen consigo como condición necesaria para su existencia real, un respeto profundo y sincero por las opiniones contrarias y las desemejantes formas de concebir el mundo. Aceptar – más que tolerar- las ideas y creencias de quienes no son como nosotros, es un presupuesto indispensable de un estado maduro y que se presume DEMOCRÁTICO.
Sin embargo, cuando como sociedad nos enfrentamos a situaciones tan lamentables como el REFERENDO DISCRIMINATORIO impulsado por la senadora Vivian Morales, una consulta que pretende poner en cuestión derechos constitucionales que afectan la misma dignidad humana, cabe preguntarse si esa aceptación debe darse en términos absolutos, o si por el contrario, debemos como sociedad y acudiendo a nuestra humanidad, RECHAZAR actos tan crueles de discriminación con aquellos que son nuestros amigos y familiares.
La democracia representa el respeto de las minorías, evitando que sus derechos se vean sujetos al albedrío de los pueblos, por lo que someter al proselitismo político y la juicio de la turba, el derecho constitucional de niños y adultos a conformar una familia, a recibir amor, a desarrollar con libertad su visión de la vida y el mundo, va en contravía de los cimientos de la democracia.
Yo creo en la verdadera democracia, en una donde nos aceptemos como somos, con nuestras ideas y creencias, sin buscar atropellar al distinto, a ese que nos enriquece, a ese que también es como nosotros, a ese que también siente y que hoy teme porque algunos agitadores con picos y antorchas amenazan acabar con lo poco de humanidad que nos queda acudiendo en su discurso a una falsa democracia.
El respeto de la pluralidad encarnado en la democracia no se puede equiparar al imperio de la masa mayoritaria sobre las minorías, pues la democracia debe garantizar el derecho de esas minorías. La Democracia no se agota en la imposición irracional de las mayorías sobre minorías desprotegidas.
Esa misma mayoría que crucificó a Jesucristo y gritó liberen a Barrabas, es la misma que hoy condena a los homosexuales y a los niños sin hogar.
Democracia Sí, pero no Así.