Uno de los pilares más importantes del posacuerdo es la historiografía del conflicto armado colombiano. Es responsabilidad del Centro Nacional de Memoria Histórica (a partir de ahora CNMH), el cual busca el esclarecimiento de las responsabilidades de todos los actores, tanto legales como ilegales, además de las afectaciones a las víctimas en el marco del conflicto armado interno.[1] Desde hace unas semanas ha surgido un debate en la academia, el Ejército y el periodismo por el decreto 502 de 2017, por medio del cual se modifica la composición de la mesa directiva de la CNMH, añadiendo a un miembro del Ministerio de Defensa Nacional. A pesar de que el Ejército ha sido víctima del conflicto, también ha sido en algunos casos victimario. Según la abogada Adriana Arboleda, directora de la Corporación Jurídica Libertad, en ningún país el ejército se ha involucrado en la construcción de la verdad y la memoria. [2]
Las fuerzas militares desde que conocieron el informe ¡Basta ya!, han hecho sus críticas al ejercicio de la memoria histórica llevado a cabo por el CNMH. Han llegado a tachar este logro como resultados de investigadores de extrema izquierda que quieren contar una versión sesgada del conflicto. Olvidando que las investigaciones adelantadas han sido independientes de los actores ilegales como las guerrillas, los narcotraficantes y los paramilitares, así como de los actores legales que sería el caso del ejército.
Al estar uno de los actores del conflicto en la mesa directiva del ente encargado de construir la memoria histórica, se puede dar algún juego de intereses debido a que se pierde la independencia de investigar objetivamente. ¿Qué pasara cuando se tenga que investigar algún asesinato extrajudicial de la fuerza pública? A mi parecer “el árbitro no puede jugar también el partido”. Las instituciones y los actores que estuvieron inmersos en el conflicto armado, por el bien de las víctimas y de la verdad, no deberían participar en la mesa directiva ni tener decisiones en sus investigaciones. En una columna publicada en este mismo sitio, se leía: “Es decir, del Ministro de Defensa dependerá definir en gran medida la agenda de la construcción de la memoria y determinar sobre qué acontecimientos del conflicto armado focalizar la atención, a cuáles privilegiar en desmedro de otros”[3]. ¿Cuándo la CNMH investigue estos hechos tendrá la misma imparcialidad ahora con un miembro de las Fuerzas Armadas en sus directivas?
Me parece muy bien que el ejército haya creado aparte su Centro de Memoria Histórica Militar y le esté apostando a escribir sobre la historia del conflicto armado. Todos los actores deberían escribir su relato y su percepción del conflicto, pero en lo que no estoy de acuerdo, es en que estos actores estén en el escenario “oficial” de la memoria, o sea en el CNMH.
Por ejemplo, el Ministerio de Defensa Nacional argumentó su participación así: “para establecer y esclarecer las causas de tales fenómenos (relacionados con la guerra), es preciso permitir la participación de los miembros del sector Defensa en su rol de servidores públicos que presenciaron en forma directa el desarrollo del conflicto”[4]. Con base a ese argumento, el día de mañana las FARC o las AUC van a pedir también un espacio en la dirección justificando que también presenciaron el conflicto y quieren ayudar en la no repetición.
Si de verdad las Fuerzas Armadas quieren ayudar al CNMH debería desclasificar sus archivos como propuso Alfredo Molano [5] y contar la verdad tanto de sus aciertos como de sus desaciertos, de esa manera la investigación seria más fácil y contundente, teniendo en cuenta que esto no tiene carácter judicial.
¿Se usó Bombas de napalm en el ataque a las “repúblicas independientes”?, ¿se llamó Plan ‘Lasso’ O Lazo?, ¿cuáles fueron las ordenes de los militares rasos en épocas del Estatuto de Seguridad?, ¿cuál fue el papel del Ejército en la operación Orión?, ¿qué ocurrió con el paramilitarismo? Estas y otras dudas las debería ir resolviendo el Ejército. Hay aspectos en los que la academia, el periodismo y las víctimas tienen grandes dudas y la involucración del Ejército en esta comisión puede entorpecer el trabajo. Ahora solo queda esperar que el resultado del CNMH no sea sesgado y que el Ministerio de Defensa no juegue el papel de “enderezar la verdad a bayoneta”.
[1] http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/noticias/noticias-cmh/comunicado
[2] http://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/ministro-de-defensa-hara-parte-del-consejo-del-centro-nacional-de-memoria-historica-KE6350815
[3] https://alponiente.com/finalizacion-del-conflicto-armado-y-batalla-de-las-narraciones/#_ftn5
[4] http://colombia2020.elespectador.com/politica/polemica-por-el-cupo-de-los-militares-en-el-centro-de-memoria-historica
[5] http://www.elespectador.com/opinion/el-diablo-haciendo-hostias-columna-690417