Las zonas en las que se hará efectivo el proceso de dejación de armas, aún no están terminadas. En ninguna zona con las condiciones necesarias para recibir a la tropa. Si bien, hay algunas más avanzadas que otras, en general lo que priman son los retrasos.
Al examinar las fechas y condiciones que quedaron pactadas en el acuerdo final de paz hay un mes de retraso. El gobierno nacional es el mayor responsable de estas demoras, las cuales según ellos tendrán su final el martes 31 de enero, día en el que las FARC deberían estar agrupadas en las 26 zonas veredales y puntos campamentarios.
La Fundación Paz & Reconciliación al día 30 de Enero elaboró un informe en el que describe la situación de cada una de estas zonas. La movilización de las FARC ha comenzado en prácticamente todas las regiones, en algunas de ellas desde el fin de semana pasado comenzaron a llegar unidades, sin embargo en zonas veredales como la de Tumaco o la de Charras en San José del Guaviare los guerrilleros no tendrían a donde llegar.
Ahora bien, en sentido estricto en las próximas horas las FARC pasarán de operar en 242 municipios a agruparse en 26 veredas, quedando libre más del 90% del territorio que antes ocupaban. Debe recordarse que desde el pasado mes de diciembre, las FARC se pre agruparon en cerca de 35 puntos. Lo cual significó un repliegue de las zonas tradicionales en las que operaban.
De acuerdo a los trabajos realizados por la Fundación Paz & Reconciliación, sobre los territorios que abandonaron las FARC, existen hasta hoy, cinco tipos de zonas ‘postfarc’:
1) Presencia de ELN.
2) Presencia de bandas criminales.
3) Aumento de la delincuencia común.
4) Expresiones de disidencias de las FARC.
5) Esfuerzo de recuperación del Estado.
Desde que se inició el proceso de paz, uno de los mayores retos que se advirtió en materia de sostenibilidad de la paz, tiene que ver con las garantías y mejoras en la seguridad de los territorios en los que operó la guerrilla. Los riesgos de que estos espacios fueran cooptados por otros grupos siempre ha estado latente, y las consecuencias de estas nuevas disputas pondrían a estos territorios ante nuevos escenarios de violencia. En la región del sur de Córdoba, el bajo cauca antioqueño y el pacífico colombiano, este ocupamiento ya se ha presentado y se ha expresado en asesinatos selectivos, desplazamientos forzados e intimidación de las estructuras armadas contra la población civil.
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