Entre el 26 y el 28 de julio, Medellín acogió a Colombiamoda, la que, si no es la más, es una de las principales ferias sobre el Sistema Moda en Latinoamérica. El miércoles 27 de ese mismo mes, los ojos de cientos de televidentes y espectadores se situaron sobre la final del principal torneo de fútbol sudamericano, jugado en el Estadio Atanasio Girardot. Dos días después, el 29, se dio inicio a la celebración más emblemática de la ciudad, la Feria de las Flores. Así, Medellín se consolida como una ciudad turística y de talla mundial, con grandes retos que tendrá que sortear si quiere avanzar decididamente en su internacionalización.
Una ciudad que recibe en una semana 6000 personas, 4000 más de las que esperaba, a raíz de los eventos mencionados, debe empezar a pensar en generar un ambiente íntegro para el turismo. La llegada masiva de visitantes extranjeros y nacionales, le impone a Medellín pensarse toda una red de servicios e infraestructura turística. Es decir, articular desde lo más básico, como las señales turísticas y de tránsito, hasta la formación en segundas lenguas, la seguridad de los visitantes y anfitriones y la construcción de escenarios y lugares de alto impacto turístico.
Medellín ha logrado transformarse y repensarse a sí misma. Pasó de ser una de las ciudades más peligrosas del mundo, ha establecerse como un referentes arquitectónico y en el turismo ejecutivo y servicios. De modo que, ahora es necesario iniciar una nueva etapa para la ciudad; que trascienda que la visiten sólo por la transformación urbana que ha vivido y empiece a ofrecer aún más eventos de talla mundial. Lo cual, implica pensarse en el manejo serio y responsable de instituciones como Plaza Mayor, envueltas en graves escándalos de corrupción, durante la administración anterior.
Asimismo, una ciudad que abre sus puertas al mundo y empieza un proceso de internacionalización requiere de un entorno de seguridad apropiado. Creemos que un ambiente seguro es un primer paso, absolutamente necesario, para pensarse el cómo alcanzar grandes metas en materia de servicios turísticos. Los extranjeros tendrán respetar las leyes colombianas y el orden de la ciudad; igualmente, los nacionales, están en la obligación de continuar confirmando la calidez humana de los antioqueños y respetar al extranjero. Una ciudad cosmopolita, requiere de intervenciones políticas, económicas y sociales que aseguren entornos propicios para el turismo.
En definitiva, Medellín ha tenido grandes avances en los procesos de internacionalización. Sin embargo, es necesario construir un modelo de apertura de la ciudad aún más íntegro y, sobretodo, que parta de la seguridad para todos. Al Poniente cree en el potencial de la ciudad para convertirse en uno de los principales destinos de Latinoamérica e invita a la Alcaldía de Medellín y las instituciones pertinentes a sumar esfuerzos por lograrlo.
Al Poniente pregunta: ¿Cree usted que el turismo puede aumentar la calidad de vida de los medellinenses? ¿Es Medellín una ciudad con potencial para situarse entre los grandes del turismo?