A propósito de como tituló el periódico El Tiempo en primera página la semana pasada: » hombre que lanzó piedra contra TM pagaría hasta 8 años de cárcel» la gran prensa capitalina se llenó la boca, no deja de ser tragicómica la noticia, o más bien tristemente trágica, que el mayor sistema de transporte masivo del país cada semana colapse y aparezcan villanos anónimos como nuestro mulato para catalizar todo el hastío, la rabia y humillación en que se ha convertido Transmilenio en la ciudad de Bogotá.
La capital es la sede política, económica y administrativa del país, aquí se produce casi el 40% del PIB nacional y a pesar de ello, afronta problemas que debieron saldar hace más de cincuenta años, no hay que ser un especialista en administración pública, para verificar que las consecuencias de no haber hecho bien las cosas a su debido tiempo, generan para los ciudadanos de hoy costos exponenciales en espacios urbanos altamente densificados como lo es la capital.
Pero bueno, volvamos a la foto, vemos pues, a este humilde personaje, famélico, hambres acumuladas, es posible que haya llorado al momento de la detención, a quien le importa; vestido de camiseta azul celeste, como los indignados por el corralito en Argentina, es afro, pero aún así, está rechinado por el sol inclemente de la sabana, su cabello prieto, decolorado, hace pensar, que quizás trabaje en construcción, en la rusa, dicen por aquí, o se la rebusque a pleno sol, esta asustado, ningún penalista de la farándula irá a su defensa, pero su rostro no induce a pensar que se trate de un peligroso delincuente, a menos que se compruebe que ocupa un alto cargo en la justicia, en la banca, en el congreso o en la presidencia, allí nadie se apellida Mulato. Este facineroso se parece más bien, a los millones que habitamos esta urbe loca y acogedora, que venimos de todas partes de Colombia a buscar una oportunidad. En su primera declaración, argumentó a su favor la rabia que sentía día a día por el mal servicio de Transmilenio, mala estrategia de defensa Mulato, resulta que esa furia, frustración e impotencia, a que nos vemos sometidos los ciudadanos cada día al hacer uso del transporte público la vertiremos en usted; pues los afanes diarios del día a día, no harán que miremos al establecimiento, esto es al alcalde, a los concejales, a los banqueros y sus mafias de contratistas y por supuesto a sus abogados, no querido negrito, usted es el culpable del colapso en Transmilenio, usted es » presumiblemente un terrorista» así lo expresó el nuevo alcalde, así que jódace, todo el peso de la ley, 8 años de cárcel y una multa que también la pagaran sus hijos y tal vez sus nietos, si tenemos en cuenta, cuánto gana un mulato en la capital. Ahora si, podremos dormir tranquilos esta noche, hubo pronta y cumplida justicia. Mañana otro mulato o mulata volverá a dar cuenta que en nuestro país, a pesar de todo, se hace justicia.
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