El año 1948 fue un año muy diverso para Colombia en todos los aspectos. Mientras en el país se daba inicio a la novena conferencia panamericana para la creación de la Organización de Estados Americanos (OEA), ocurría un hecho que partió la historia de Colombia.
La conferencia panamericana fue instalada por el presidente conservador Mariano Ospina Pérez, lo extraño fue que Gaitán (siendo jefe único del partido liberal) no fue invitado a la conferencia. Muy seguramente la no invitación a Gaitán tiene algo que ver al tan cobarde suceso que ocurrió ese día.
Dándose inicio a la conferencia panamericana, cuando el reloj marcaba la 1:00 p.m., el líder popular más importante del siglo XX Jorge Eliécer Gaitán Ayala fue herido de muerte recibiendo 3 disparos saliendo de su despacho en Bogotá. Mientras Gaitán era trasladado hacia la clínica central, una gran avalancha humana iba en busca del responsable de los hechos que pretendió refugiarse en la droguería Granada. Fue tanta la ira de esa turbia humana que lograron sacar al responsable, lo asesinaron y lo condujeron arrastrándolo hacia el palacio presidencial. Cuando el reloj marcaba casi las 2:00 p.m., Gaitán falleció.
¡Mataron a Gaitán! ¡A la carga! Fueron esos gritos de guerra que se extendieron por todo el país y dieron origen a uno de los peores episodios que ha vivido Colombia, se daba origen al llamado Bogotazo, un hecho que surgió a raíz del asesinato de un hombre que representaba la verdadera esperanza para un país. Aumentó de forma exorbitante la violencia en Colombia que dejaron más de 5.000 muertos. Era la ira de un pueblo que recriminaba el tan doloroso y cobarde crimen del caudillo. La ira de una turbia humana que rechazaba el asesinato de su máximo representante político, y daba inicio al episodio tan oscuro de aquel siglo XX.
Gaitán defendía los intereses del pueblo, era un hombre que no le tenía miedo a las masas de la oligarquía de este país, un ser humano que también tenía sueños, y uno de esos era ser presidente de la República de Colombia, pero fuerzas oscuras impidieron ese camino.
Todas las noches al irme a dormir me pregunto: ¿Qué sería de la historia de Colombia si no hubieran matado a Gaitán?