Colombia, acaba de ingresar a la lista de países que, en Latinoamérica y el mundo, decidieron despenalizar el aborto. Un acto vil, cruel, que viola todos los principios que deben regir en un estado social de derecho, el cual, lejos de ser un avance o desarrollo, es la más cruda radiografía de la decadencia en la que sucumbe hoy nuestra sociedad.
La decisión tomada por la corte constitucional, al despenalizar el aborto hasta la semana 24, es decir, hasta el sexto mes, se constituye en una desgracia para Colombia, genera estupor, indignación, ante la barbarie de los magistrados de la corte, o mejor, del tribunal Herodiano que al igual que Herodes cuando se enteró del nacimiento de Jesús, ordenó la muerte de todos los niños. Hoy, el espíritu de Herodes ha poseído a la corte constitucional para avalar la tortura, y posterior asesinato de todos los niños mediante la práctica del aborto.
En épocas pasadas, el debate en torno a la despenalización del aborto, había concluido en la decisión de la corte de declararse inhibida y consideró desistir con respecto al pronunciamiento de la ponencia que buscaba despenalizar el aborto antes de las 16 primeras semanas de gestación, ante esto, sostuvo que se mantendrán las tres causales que desde el año 2006 legalizan el aborto.
Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer.
Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida.
Cuando el embarazo sea el resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto.
Lo anteriormente mencionado, cerraba la puerta a una despenalización total, y de esa forma, se podía limitar prácticas indiscriminadas de personas que, de manera irresponsable y sin medir consecuencias, deciden atentar en contra de la vida de un ser que desde el primer momento de su concepción se constituye como un ser vivo. Sin embargo, con la nueva decisión que tomó la corte constitucional, aumentaron las posibilidades para que sobre Colombia se derrame un río de sangre inocente por los millones de niños que van a morir a causa de la corte constitucional, o mejor, del tribunal herodiano quien será el único responsable.
Hay tres temas que surgen a causa de la decisión de la corte, y que debo mencionar. Lo primero, entender los alcances de dicha decisión desde un punto de vista ético. En ese sentido, la práctica voluntaria e indiscriminada del aborto, se constituye como un homicidio, antes de perpetrar la muerte del ser que ya está formado, se procede a torturar mientras desintegran parte por parte el cuerpo del niño. Permitir semejante acto deleznable, es legalizar el crimen, y ningún homicidio puede legalizarse, cualquier práctica que ponga en peligro la vida como derecho fundamental, debe ser inaceptable y juzgada. ¿A dónde quedan las bases del Estado social de derecho de velar por el cumplimento estricto de los derechos fundamentales?
El otro tema a considerar es un aspecto democrático, pregunto: ¿Pueden 5 personas decidir el desarrollo de la vida o no de los niños? ¿Es acaso la idea de democracia una utopía? Parece que sí y es decepcionante que, siendo 50 millones de colombianos, solo cinco deciden un tema tan trascendental.
Por último, desde un punto teológico, Dios es el autor de la vida, Él es quien la da y decide cuando termina. La decisión del hombre de quitarla, demuestra la soberbia y orgullo que hay en el corazón. El Salmista David declaró una palabra que debe hoy hacer eco en Colombia. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
Por esa razón, y porque soy pro vida, le digo ¡NO AL ABORTO! ¡No a las decisiones del tribunal Herodiano!
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