“«que los problemas significativos que afrontamos no pueden ser solucionados en el mismo nivel de pensamiento en el que estábamos cuando los creamos» Einstein
Durante muchos años la sociedad ha creído en el determinismo del condicionamiento, algo que nos hace pensar en la rigidez de paradigmas en el pensamiento colectivo.
¿genético, psíquico o ambiental?
Este se alimenta con una narrativa de quienes somos de acuerdo al novismo o a cierta idea particular acogida por muchos, pero de convenio de pocos.
El novismo de la identidad, por ejemplo, como un engañador, anulador de conciencias y neuronas. Exige no pensar porque el criterio emana de lo nuevo. El verdadero valor de las personas y de las cosas no está en la esencia del «ser”, sino en lo popular que pueda ser, en su duración y beneficio.
Para esto primero explicare de que se trata el determinismo en estas tres áreas:
El Genético, asume que cada persona está directamente relacionada con su gen de padres y familiares en su identidad, personalidad y hasta resultados vivenciales, su carácter está unido a un historial de citosina, adenina y otros componentes que determinan quién es la persona.
Por otra parte, el Psíquico, nos revela que hay un condicionamiento que forma la identidad de la persona por medio de los pensamientos, filosofías y desarrollo cognitivo y de razonamiento creado en sus primeras etapas y por la influencia más cercana al individuo durante toda su vida, pero en especial en las primeras etapas de crecimiento.
Terminando con la última teoría la ambiental, que nos plantea, que hay un molde que inconscientemente la persona se va encajando de acuerdo al sistema cultural, político, religioso y social que marca el resto y algunas veces por completo su identidad.
Luego de colocar sobre la mesa estas teorías, que para algunos parecerán poco realistas y para otros muy lógicas, lo cierto es que todas ellas han creado paradigmas sobre la identidad y el valor del individuo, esto nos pone frente a un espejo deformado, de aquellos que solíamos ver en los parques de diversiones que mostraban una imagen diferente y muy curiosa.
Creo que, si determinamos este espejo y su realidad, que por el momento lo llamaré espejo social; alcanzaremos una luz que nos de ese instante «Eureka» y nos permita desenrollar estos paradigmas y encontrar la identidad real.
Einstein decía: «que los problemas significativos que afrontamos no pueden ser solucionados en el mismo nivel de pensamiento en el que estábamos cuando los creamos»
Esto nos llevará de adentro hacia afuera, de adentro hacia afuera significará empezar por la persona, fundamentalmente empezar por la parte interior, motivos, carácter, paradigmas.
De adentro hacia fuera es un proceso continuo de renovación basado en las leyes naturales que gobiernan el crecimiento y el progreso humano que en gran medida es espiritual, una espiral de crecimiento ascendente, que conduce a formas progresivas superiores de independencia responsable e interdependencia efectiva.
Según lo que hemos visto hasta ahora el paradigma de afuera hacia adentro genera personas infelices que se sienten sacrificadas e inmovilizadas, concentradas en los defectos de otras personas o en las circunstancias a las que atribuyen la responsabilidad por su situación de estancamiento.
Por esto necesitamos un cambio dramático y casi radical de nuestro paradigma en gran medida producido por los condicionamientos que vimos anteriormente y el alimento constante del novismo.
En mi experiencia con personas que han alcanzado su mayor potencial, he podido encontrar que la autoconciencia y el sentido común, que significan: la separación que hace el hombre de sí mismo respecto al mundo objetivo, la toma de conciencia de su relación con el mundo, su propio ser como persona, su conducta, sus actos, pensamientos y sentimientos, sus deseos e intereses pueden lograr reconocerse y aun desarrollarlos con el fin de dar respuestas a las preocupaciones más profundas.
Quiero finalizar con esta frase que nos invita a un trabajo continuo que rompa nuestros paradigmas:
«No debemos dejar de explorar, porque al final de nuestra exploración llegaremos a nuestro punto de partida y conoceremos el lugar por primera vez»
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