2025: La hora de la verdad para la centro derecha bogotana

La geopolítica lejana y cercana del vecindario latinoamericano tienen una alta tensión con consecuencias directas sobre Colombia, adicionales a las problemáticas preexistentes en el país y las nuevas aparecidas como adornos al árbol de Navidad en la actual Administración Petro Urrego. Y  en Bogotá, para colmo de males, una crisis silente amenaza la estabilidad gubernativa del reciente gobierno distrital a la cabeza de Carlos Fernando Galán con multitud de quejas por cambios en los procedimientos administrativos, nombramientos, atisbos de corrupción, remoción de funcionarios arbitraria, coletazos de corrupción o falta de ejecución en las localidades, caos de movilidad, entre otras perlas, son el cóctel perfecto para que los que son poder en el nivel central, pero oposición en la ciudad, obtengan un apoyo ciudadano amplio y se conviertan en un factor decisorio para dar oxígeno electoral o movilizatorio -violenta o pacíficamente- para las cada vez más cercanas elecciones de 2026, las de juventudes en 2025 o inclusive prematuramente nutrir una hasta ahora irrealizable Asamblea Nacional Constituyente. ¿Y todo por culpa de quién? De la pérdida de vocación de poder de la centro derecha bogotana.  

DEDICATORIA ESPECIAL

«Esta columna está dedicada a todas las víctimas fallecidas y muertas en vida del experimento siniestro, psicopático y criminal del poder ejecutado en el Estado de Venezuela desde 1998 hasta el presente. La República de Colombia, fundada en 1819, reconstituida en 1886 y ratificada en 1991 SIEMPRE ha sido grande, y jamás dejará solos a ninguno de sus hijos neogranadinos: panameños, peruanos, brasileños y venezolanos. Venezuela hace parte del corazón, vida y territorio de nuestra Nación desde siempre.

Ninguna tiranía, ninguna tragedia, ninguna dificultad será más grande que nuestra alma, el alma grande de Colombia»

Al ex congresista Pablo Victoria Wilches, quien inspira esta columna al volver a ver la elocuencia y valentía en sus debates en la gloriosa Cámara de Representantes.


EL PROBLEMA

Por primera vez en la historia republicana, y para ser más exactos, desde 1970, Bogotá no tiene una sola curul conservadora en el Concejo Distrital de cuarenta y cinco escaños. Las familias que construyeron electorado y hegemonía alrededor de su gestión personal trasladaron el caudal de votos e influencia al revitalizado partido del Nuevo Liberalismo, que cogobierna Bogotá con el Partido Alianza Verde de manera aplastante en la actual Administración de Carlos Fernando Galán.

Y hé aquí el verdadero dilema del asunto, ya que la problemática política del conservatismo y en general de las derechas no es que tenga pocas curules que están disminuyendo cada vez más con el paso de los años, atomizando sus lugares en favor de partidos de centro-derecha (Centro Democrático, Cambio Radical), partidos cristianos y todas las facciones conservadoras (Nueva Fuerza Democrática, Salvación Nacional). Eso ya se sabe, y quedó plasmado desde 2018 en la denominada “Gran Consulta por Colombia” donde se escogería en medio de una aplastante victoria al candidato del partido Centro Democrático y posteriormente Presidente de Colombia Iván Duque Márquez -y una muy cuestionable escasez de material electoral que tuvo que ser vergonzosamente cubierto con fotocopias, en una consulta que tuvo un índice de abstención generalizado del noventa por ciento, pese a que estaba convocada el mismo día de elecciones de Cámara y Senado-.

Alejandro Ordoñez, precandidato en ese entonces por el Grupo Significativo de Ciudadanos “La Patria de Pie”, tuvo en esa oportunidad 77.581 votos en el Distrito Capital (la región del país donde sacó más votos) y 22.143 votos en el departamento de Cundinamarca. Esto refleja que el centro del país refleja casi la tercera parte del total de votación de la derecha fuerte que fue a nivel nacional 381.580 votos (incluyendo los puestos de votación de los Consulados en el exterior). Es decir, que la derecha dura, tiene un espectro de unos cien mil votos en la capital, que pueden traducirse a un proceso que puede iniciar en una Cámara de Representantes, un Concejo de Bogotá con sus réplicas en las Juntas Administradoras Locales del occidente y sur de la ciudad.

El verdadero problema es la división de banderas en un montón de pedacerías de partidos microempresariales, cohonestada tal vez por las autoridades electorales que hilando fino, podrían estar conspirando para que no se desarrolle una oferta contraria al Globalismo y las tendencias woke en nuestro país. Tal vez…pero teniendo en cuenta la incultura del colombiano promedio, y que es doble en el burócrata colombiano promedio, no creo que llegue hasta allá esa torcedura del cuello a la Ley de dar personerías jurídicas regaladas aprovechando el antecedente de la Unión Patriótica para  los egos y victimismos de pretendidas familias reales que usan el genocidio o magnicidio de líderes históricos para su propio beneficio, siendo oligarquías con pretensiones aristocráticas, incoherentes con la democracia que tanto pretenden defender.

¿No es parecido esto al engaño que los marxistas hacen en sus denominaciones desnaturalizadas de la palabra “democracia” lejanas todas al sentido original ateniense y revolucionario francés?

LA MISIÓN DE LOS CONSERVADORES

No será el abajo firmante quien le diga a la Dirección Nacional Conservadora después de diez años de salida de la militancia qué hacer, ni que juzgue el actuar político del partido a través de los años. Los dos partidos tradicionales existen y han existido porque han tomado decisiones inteligentes de acuerdo a los tiempos, con errores lógicamente, pero que han hecho que por ciento setenta años pasen miles de iniciativas personalistas, y mueran con el tiempo, pero los principios esenciales del país continúan. No está lejos del origen de donde se van a reconstruir las mejores opciones para Colombia.

Bogotá no debe seguir polarizada entre los supuestos alternativos de centro y el extremismo izquierdista. Bogotá necesita regresar al justo medio, a la institucionalidad y a la seriedad en cada uno de sus aspectos administrativos y renovación en sus territorios.

Para 2025 y 2026 debemos preparar la renovación de liderazgos para de verdad recuperar a Colombia debe comenzar desde las calles y desde los territorios e instituciones. El exhibicionismo de Internet es válido para el comercio, la pornografía y el entretenimiento, no para la política.

¿Aceptaremos el reto?

FUENTES

  1. Resultados Electorales Elecciones Presidenciales. Primera y segunda Vuelta 2018. Misión de Observación Electoral-MOE. Enlace virtual: https://moe.org.co/wp-content/uploads/2018/11/Resultados-Electorales-Elecciones-Presidenciales-2018_Digital.pdf

Jhon Jairo Armesto Tren

Con estudios en Administración ambiental de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas-Bogotá. Veedor ciudadano en presupuesto electoral de la Universidad desde 2011 hasta hoy registrado ante la Personería de Bogotá. Columnista de opinión en varios medios de comunicación digitales desde 2013. Actualmente director publicitario de El Nodo Colombia y columnista habitual, además en El Quindiano (Armenia) y Diario La Piragua (Montería, Córdoba)

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