2025: El Año de Reconstruir Sueños – Hablemos del Futuro que Merecemos

Trascendiendo el Centralismo: Reflexiones sobre la Soberanía en el Archipiélago de San Andrés y Providencia Jayson Taylor Davis
“La mejor manera de predecir el futuro es crearlo.” – Abraham Lincoln

Amigo lector,

Terminamos el 2024 con grandes aprendizajes y retos que no podemos ignorar. Este año nos dio un golpe de realidad, marcando nuestras fragilidades como sociedad y recordándonos cuánto nos falta para construir un futuro verdaderamente justo y equitativo. Pero también nos dejó una pregunta crucial: ¿qué estamos dispuestos a hacer para cambiar?

El 2024 nos mostró la complejidad del mundo. Las guerras, los accidentes aéreos recientes y una economía global incierta son ejemplos de sistemas que fallan cuando no se toman decisiones a tiempo o cuando las prioridades están mal planteadas. Aquí en Colombia, no fue distinto. La polarización política nos paralizó, y aunque vimos avances como la reforma pensional, otras promesas quedaron sin cumplir. En nuestra querida San Andrés, la historia se repitió: inseguridad, desconexión y un gobierno central que nos sigue viendo como una periferia más, lejos de ser prioridad.

Permíteme detenerme un momento para hablar de San Andrés, mi hogar, nuestra tierra. Durante mucho tiempo, hemos sido tratados como una región que está, pero que no cuenta. No importa quién gobierne en Colombia, no importa la línea de pensamiento: izquierda, derecha o centro, San Andrés siempre ha sido vista como una colonia adjunta, un territorio necesario pero no prioritario, una tierra rica en recursos pero relegada a la periferia del poder.

El problema va más allá de políticas públicas o presupuestos. Se trata de una visión histórica que nos ha colocado como administrados, pero nunca como coequiperos en la construcción de este país. ¿Cuántos sanandresanos hemos visto liderando un ministerio de alto rango? ¿Cuándo se nos ha tomado en serio como una voz que puede contribuir al rumbo de Colombia? Ni siquiera somos considerados para formar parte de fórmulas presidenciales. Y esto no es una casualidad, es un patrón.

Ahora entiendo algo que antes no comprendía del todo. Hace años, el pastor Irmo Howard Robinson se lanzó como fórmula vicepresidencial obteniendo 30.832 votos. En su momento, muchos lo criticaron o lo ignoraron, pero hoy veo la profundidad de su gesto. Él no lo hizo solo por él; lo hizo porque era su derecho y, más aún, nuestro derecho como sanandresanos. Sin embargo, como región, no estábamos listos para entenderlo. No estábamos preparados para ver que esa candidatura era una declaración de dignidad, un recordatorio de que San Andrés también tiene algo que decir, algo que aportar.

Entonces, te pregunto, amigo lector: ¿cuánto tiempo más vamos a aceptar este papel secundario? ¿Cuánto tiempo más vamos a permitir que nos vean como una región que debe seguir órdenes, pero nunca liderar? No es que no estemos preparados; es que nunca se nos ha dado la oportunidad real de demostrarlo. Y esto debe cambiar.

Albert Einstein decía: “No podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando los creamos.” Y tiene razón. Si queremos que el 2025 sea diferente, necesitamos cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Hablemos de lo que podemos hacer juntos.

Colombia necesita:

  1. Una economía con propósito. No podemos seguir dependiendo del petróleo y el carbón como si fueran infinitos. Costa Rica nos mostró el camino: eliminó su ejército y usó esos recursos para educación y medio ambiente, convirtiéndose en un referente mundial.
  2. Una política que una, no que divida. Nelson Mandela entendió que trabajar con tus enemigos es el único camino para la reconciliación. En Colombia, necesitamos consensos en temas críticos como la seguridad, la reforma fiscal y la educación.
  3. Una paz que sea más que palabras. No podemos hablar de paz si no atacamos las causas de la violencia: pobreza, exclusión y falta de oportunidades. Irlanda del Norte logró superar décadas de conflicto con programas sociales y acuerdos políticos efectivos.

San Andrés merece:

  • Un turismo sostenible. Las Galápagos limitaron la cantidad de turistas para preservar su belleza natural y asegurar ingresos más altos. Nosotros podemos hacer lo mismo: menos turismo masivo, más calidad
  • Educación para el futuro. Imagínate un instituto técnico en la isla donde nuestros jóvenes aprendan programación, turismo sostenible y emprendimiento. Alemania hizo algo similar y redujo el desempleo juvenil de manera histórica.
  • Conexión real con Providencia. Es inaceptable que sigamos desconectados de nuestra isla hermana. Escocia nos da un ejemplo: invirtió en infraestructura para conectar sus islas remotas y transformó su economía.
  • Un modelo de seguridad comunitaria. La seguridad no puede ser solo más policías. Debe ser confianza entre la comunidad y las autoridades. Islandia logró reducir el crimen con programas que involucraron a los ciudadanos.

2025: El Año para Actuar

Amigo lector, no podemos seguir esperando que el cambio venga de alguien más. Es momento de cambiar la narrativa, de demostrar que San Andrés puede y debe ser parte integral de las decisiones que definen el rumbo de Colombia. Pero para eso, necesitamos soluciones claras.

Exige más. Pídele a tus líderes locales y nacionales que cumplan.

Participa. Sé parte del cambio desde tu barrio, tu trabajo, tu comunidad.

Sueña en grande. Porque lo que hoy parece imposible puede hacerse realidad si actuamos juntos.

Colombianos, sanandresanos: el 2025 está en nuestras manos. Pregúntate: ¿qué estamos dispuestos a hacer por el país y la isla que queremos? Cambiar no será fácil, pero si actuamos con propósito, construiremos un futuro que nos llene de orgullo. Como dijo Mahatma Gandhi: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo.” Este es nuestro momento. ¿Estamos listos para tomarlo?

Feliz Año Nuevo.

Jayson Taylor Davis

Soy un abogado sanandresano, especialista y estudiante de la maestría en MBA en la Universidad Externado de Colombia.

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