“Este libro es la prueba de que el buen periodismo es el primer borrador de la historia”
1989 es recordado como uno de los años más violentos en la historia de Colombia, que está llena de años violentos. Y no es que aquel fuera el único año lleno de violencia y hechos atroces en la historia de Colombia, sino que la magnitud del terror en aquel año, llegó a un nivel de degradación tan alto, que se pudo llegar a decir, que el narcotráfico, que buena parte de la cuota de violencia aportó a esta nación en sus años más violentos, le estaba ganando la guerra al Estado colombiano.
No obstante los carteles del narcotráfico no fueron ni han sido los únicos protagonistas en la historia violenta de Colombia, pero ahora, la mayoría de actores violentos y grupos delincuenciales, sí están detrás del negocio del narcotráfico.
Por aquel tiempo, Colombia padecía los estragos de varias guerras que se ejecutaban al mismo tiempo. La de los carteles de la droga con el gobierno colombiano, era quizás la guerra más desmedida, pues a diferencia de la guerra entre el Estado y las diferentes guerrillas o grupos paramilitares, esta guerra entre los carteles narcotraficantes del cartel de Cali, y sobre todo del cartel de Medellín, se trasladó y se vivió en las grandes ciudades del país, con la mirada intimidada de miles de ciudadanos que antes habían percibido la guerra como un hecho lejano, que sólo ocurría en los campos y los montes apartados del centro del país.
María Elvira Samper fue testigo directo de cientos de hechos violentos que marcaron la historia de Colombia. En su libro 1989, publicado en 2019, narra cronológicamente hecho por hecho ocurrido aquel fatídico año, que desde el principio hasta el fin, estuvo marcado y protagonizado por atentados, masacres, asesinatos, magnicidios, secuestros y un sinfín de atrocidades que aún no se explica cómo no pudieron acabar con Colombia.
En un trabajo periodístico impecable, recolecta 437 sucesos violentos, tan solo ocurridos aquel 1989 en Colombia. Allí, aunque los hechos en su mayoría son ejecutados por los carteles del narcotráfico, también narra hechos de guerra perpetuados por grupos guerrilleros, paramilitares y agentes del Estado.
En orden cronológico, este libro permite revivir cada acontecimiento violento que pasó aquel año, a través de crónicas periodísticas detalladamente narradas, y que después se repetiría en los próximos años, quizás de una forma más descontextualizada.
En sus relatos, Samper nos brinda a sus lectores un análisis de los hechos y las circunstancias vividas hace más de 30 años, y permite a las nuevas generaciones hacerse un poco a la idea de la violencia desmedida de su época. Entrevista también a varios personajes presenciales y víctimas directas de estos atentados, sobrevivientes de la violencia colombiana de los años ochenta.
Desde los atentados ejecutados por el cartel de Medellín, Cali y los extraditables, Samper narra los atentados, masacres, asesinatos y secuestros cometidos por las diferentes guerrillas y los grupos paramilitares de autodefensa de la época.
Narra allí cómo el narcotráfico cercó al Estado colombiano con atentados brutales, que cegaron miles de vidas, al punto de atemorizarlo para que cumpliera sus caprichos; hasta como los grupos paramilitares asesinaron a funcionarios públicos y civiles, y las guerrillas asolaron al territorio nacional con mortíferas tomas de poblaciones enteras.
Allí se narran sucesos que marcaron la vida política del país como el asesinato de Luis Carlos Galán, el exterminio de la Unión Patriótica, la presencia y el abuso del Estafo de Sitio, la muerte anunciada de José Antequera, el asesinato de decenas de jueces por parte del cartel de Medellín, el secuestro de Álvaro Gómez Hurtado, los atentados terroristas contra los periódicos, el DAS y la persecución y amedrentamiento constante a periodistas, reporteros y comunicadores sociales que se dedicaban a realizar bien su trabajo.
Este libro es la prueba de que el buen periodismo es el primer borrador de la historia. Y en aquel año, el periodismo colombiano que se atrevió a denunciar y evidenciar estas violencias, sí que sufrió numerosos perfilamientos, persecuciones, atentados y duros golpes que causaron el exilio y la vida de muchos periodistas que no se doblegaron ante la violencia que se volvió protagonista de la historia de Colombia por aquellos tiempos.
Este libro, hecho a partir de una serie de crónicas periodísticas, nos sirve a la sociedad colombiana, para comprender que en ocasiones hemos estado cerca de alcanzar niveles de violencia vividos en aquel fatídico y vergonzoso año para la historia de Colombia, pero que por fortuna han estado lejos. Años de calentamiento vivió Colombia en los últimos tiempos, pero reportajes como los de María Elvira Samper, le sirven a la historia y a las nuevas generaciones, para comprender que Colombia no puede seguir por el mismo camino de violencia y barbarie que ha vivido anteriormente.
Este también es el ejemplo más cercano al periodismo profesional y ético, que las nuevas generaciones de periodistas debemos seguir.
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