10 consejos básicos de una antrópologa para hacer trabajo en comunidades y en territorios con situaciones complejas

“Aquí unos básicos que del trabajo en comunidades que, aunque parezcan obvios, a menudo son pasados por alto por aquellos que provienen de la academia y la universidad, con una visión irreal de la realidad en el territorio”


A los procesos comunitarios me he acercado desde dos perspectivas distintas. Mi primera experiencia fue personal. A los 15 años, participé en un espacio de formación dirigido por un profesor sociólogo y su esposa. Crearon algo así como una escuela de formación popular/comunitaria a la que me invitaron junto a otros estudiantes. Juntos, facilitaban conversaciones y nos introducían en la investigación social en territorio. Incluso, organizaron un preuniversitario. Su compromiso era tal, que recuerdo incluso cuando visitaron mi casa para entender mejor mis condiciones de vida.

Mi segunda experiencia comenzó en mi barrio, donde me involucré en el diseño e implementación de talleres sobre arte, investigación y gestión cultural con mi comunidad. Fue un proceso desafiante, ya que en ese entonces quizás carecía de las herramientas y la claridad que los años, los errores y la misma comunidad me han brindado. Hoy puedo afirmar que tengo una mayor comprensión y que el trabajo de mediación es mucho más fluido.

Por eso, quiero contarles sobre diez conceptos básicos que, aunque parezcan obvios, a menudo son pasados por alto por aquellos que provienen de la academia y la universidad, con una visión irreal de la realidad en el territorio:

1. Las personas te reciben con la misma energía con la que llegas, si llegas haciendo mala cara, esa será la respuesta, así que deja el ego en la casa y llega con todo el amor y la energía…

2. Al asistir a un taller o encuentro las personas te están dando de su tiempo así que asegúrate de devolver eso, puede ser teniendo en cuenta el refrigerio, pasajes o incentivos que estén a tu alcance.

3. Prepara siempre tus metodologías para que el espacio sea claro: metodologías, rompehielos, objetivos y actividades. Y que estas siempre sean amables con la comunidad, deja lo acartonado en la casa.

4. Recuerda que cuando vas a territorios alejados, seguro serás la única forma cercana que tendrán algunos para hacer denuncias o hacer peticiones. Así que prepárate para escuchar y piensa bien cuáles serán tus acciones y respuestas.

5. Recuerda que tu acción es limitada, así que no todo lo puedes solucionar y no eres Jesús como para salvar o tener la respuesta de todo. Así que no tengas miedo a decir: No sé, no puedo, no está a mi alcance.

6. Piensa en rutas que debas activar en caso de que pueda pasar algo. Alguien se te puede acercar para hacer una denuncia de abuso, ten las líneas, contactos y asesoría que debas brindar.

7. Piensa opciones por si lo que llevas preparado no funciona o no conecta con la comunidad, sé dinámico o dinámica.

8. Siempre lo que hagas, que tenga un enfoque diferencial, o sea, que tenga en cuenta el contexto, las experiencias de vida, identidad o expresiones de género, edad, grupo étnico, entre otros.

9. El cuidado es muy importante, tú cuidado y el cuidado de las personas con las que compartes en los espacios.

10. Si estás recogiendo información, siempre, siempre debes de dejar o hacer llegar esa información. Toma contactos, canales o formas para que esa acción no sea meramente extractiva.

Aquí dejo el link de un video sobre uno de los talleres dónde aplico estos básicos: https://www.tiktok.com/@laamicamilagil/video/7278441681467362565

A partir de mi experiencia en trabajo comunitario, no solo propongo estos básicos de interacción con comunidades, también propongo una reflexión teórica en el ámbito de la antropología social y de las ciencias sociales en general. Desde una perspectiva relacional y dialógica, sugiero que la interacción entre el investigador, quién “interviene”, o quien hace trabajo en territorio, y la comunidad no solo sea un acto de “llego y me voy”, sino también un proceso de co-construcción de conocimiento.

Esta co-creación se fundamenta en la reciprocidad, entendida como un intercambio dinámico de saberes, tiempos y cuidados. Asimismo, la práctica antropológica en territorios comunitarios revela la importancia de la ética del encuentro, donde el respeto mutuo, la empatía y la humildad son fundamentales para establecer vínculos auténticos y efectivos.

Desde esta perspectiva, el trabajo con comunidades no se limita a la obtención de datos, sino que implica un compromiso ético y político de devolver y compartir el conocimiento generado, reconociendo así la agencia y la voz de los participantes en la construcción de narrativas alternativas y emancipadoras. En este sentido, la práctica social en contextos comunitarios se fundamenta como un espacio de resistencia epistémica y social, donde se desafían y transforman las jerarquías de poder y se promueve una praxis emancipadora y solidaria.


Todas las columnas de la autora en este enlace: Camila Gil

Camila Gil

Antropóloga social de la Universidad de Antioquia, activista y divulgadora digital. Asesora en ONU Mujeres en temas de juventudes y derechos humanos digitales e investigadora y asesora en Universidad de Los Andes en pedagogías digitales del Equipo Consultivo Comunitario. Integrante de la Red de jóvenes constructores de paz y de espacios de participación.

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