El niño sobre la arena

La imagen de un pequeño migrante sirio muerto sobre la arena de la costa donde se hace realidad el sueño europeo, nos conmueve esta semana y tuvo que captar un lente, tan dramático momento, para que los ojos del mundo se posaran sobre el doloroso rumbo que significa la migración ilegal, esa misma que es fenómeno permanente en la historia de la humanidad, pero que siempre ha sido generadora de tensiones entre brazos que acogen y brazos que rechazan, entre muros que se elevan y puertas que se abren.

La imagen de un pequeño migrante sirio muerto sobre la arena de la costa donde se hace realidad el sueño europeo, nos conmueve esta semana y tuvo que captar un lente, tan dramático momento, para que los ojos del mundo se posaran sobre el doloroso rumbo que significa la migración ilegal, esa misma que es fenómeno permanente en la historia de la humanidad, pero que siempre ha sido generadora de tensiones entre brazos que acogen y brazos que rechazan, entre muros que se elevan y puertas que se abren.

Aunque Francia donó a Estados Unidos el armatoste de placas de bronce que algunos llamaron estatua de la Libertad, para los migrantes de una Europa devastada por las guerras, que llegaban a la isla Ellis, se convirtió en imagen de esperanza y explicación de otras libertades más naturales como la de tener el derecho de vivir en paz, de – al menos- contar con el derecho a la vida y a un futuro promisorio. Así, miles de migrantes de piel, cultura y origen diferente llegaron a norteamerica, pasando por tortuosas batallas para reivindicar su dignidad y sus derechos.

Hoy, a casi 1 año del 2016 en Estados Unidos, pareciera que el demonio de la xenofobia, padre de todas las discriminaciones más aberrantes que hay sobre la faz de la tierra, nuevamente se vuelve discurso en el país del norte y sigue infectando almas y corazones en una Europa sin memoria.

Duele la imagen del pequeño migrante tirado en la arena, pero duele más que muchos se queden mirando solo la historia dramática, sin comprender la verdadera raíz del problema y el peligroso riesgo que corremos al repetir lecciones que algunos no han leído y nuevamente estemos enfrentados entre nosotros por las genuinas diferencias que nos hacen tan humanos.

 

 

 

Miguel Jaramillo Luján

Magíster en Gobierno de la Universidad EAFIT; Máster Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid, España y Licenciado en Comunicación y Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB).

Autor del libro Marca Poder, el Poder como Marca editado por Planeta. Elegido, por segunda vez consecutiva (2019 y 2020), entre las 100 personas más influyentes de la política en América Latina por la Revista Washington Compol. Ganador del Napolitan Victory 2020 y 2021 a campaña regional del año, mejor campaña de gobierno en 2018 y nominado a campaña del año en 2021. Ganador en los Premios Innopolítica 2021 a mejor campaña municipal, mejor campaña a cargo legislativo y mejor campaña a organismo de control. Ganador de 5 premios de la Asociación Colombiana de Consultores Políticos Acopol 2019 y 2020.

En España, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Perú, México y Colombia ha laborado como consultor, estratega, docente y asesor. Entrenador de equipos de gobierno en varios lugares del continente, con líderes y gobernantes que han sido elegidos como los más populares en sus territorios por firmas globales de investigación como Invamer Gallup y Yan Haz.

Docente universitario y conferencista en varios eventos internacionales sobre gobierno, políticas públicas, marketing, imagen y comunicación. Director y Ancor de www.jaramillolujan.com y del portal de formación www.marketingpoliticoygobierno.com premiado por el gremio de la consultoría política en 2020 y como Blog Político del año en los Napolitan Victory Awards 2021.

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