Por qué votaré SÍ en el plebiscito por la paz

Mi voto por el SÍ en el plebiscito convocado por el Gobierno de Colombia y aprobado por la Corte Constitucional para que seamos los ciudadanos los que refrendamos o no los acuerdos con las FARC tendrá varias razones:

1. Prefiero un Acuerdo de Paz que no nos deje a todos muy contentos a la continuación de una guerra que sí nos afecta a todos.

2. Los 52 años de las FARC como guerrilla solo pueden terminarse en una Mesa de Negociación. Ya la vía militar fue ensayada hasta el cansancio (hasta el hartazgo, hasta la barbarie, hasta el peor de los horrores y dolores), y ni siquiera fue posible la victoria militar del gobierno durante los 8 años de intensa guerra durante el período del presidente Álvaro Uribe, aunque se reconoce que los muchos golpes dados a la guerrilla durante ese período fueron los que finalmente los llevaron a sentarse a construir este proceso de paz.

3. Los puntos de acuerdo deberían haber sido hace muchos años puntos de desarrollo político institucional en Colombia, y en eso nos quedamos atrás todos: los partidos políticos, los gobiernos, los dirigentes públicos y privados, la sociedad civil. Nos habríamos ahorrado años de guerra, con todas sus consecuencias pasadas, presentes y futuras, si esos puntos que se han acordado hubieran hecho parte de la política.

4. Ningún otro proceso de paz con las FARC había llegado hasta donde este ha llegado. Y cuenta, además, con el respaldo de la comunidad internacional: Naciones Unidas, Unión Europea, OEA, UNASUR, Alianza del Pacífico, gobiernos de muchos países (Estados Unidos entre ellos, lo que no es menor en este caso específico), El Vaticano, etc.

5. El SÍ al plebiscito nos reta a toda la sociedad colombiana a empezar a construir un país diferente, en el que la guerra sea reemplazada por la política real (la definición de la guerra es que es la política por otros medios…), y ese reto no puede sino emocionarme. Nos vemos impelidos hoy a construir la pedagogía ciudadana sobre cómo se forma un nuevo país, cómo se logra una mayor y mejor democracia, cómo se logra hacer un nuevo ciudadano.

Y una razón más para responder a la pregunta que me hacen en redes sociales de por qué votaré Sí al plebiscito por la paz:

6. No creo en la guerra, no creo que las armas sean lo que necesitemos para avanzar como sociedad. Creo en la educación, en la cultura, en los programas sociales como generadores de inclusión, equidad y oportunidades. Este país se gastó en el Ministerio de Defensa durante 10 años lo que equivale al presupuesto del Ministerio de Cultura para ¡2.100 años! (sí, dos mil cien años). Acabar con la guerra con las FARC (nos quedan otras, la del ELN, la del narcotráfico, la de los neoparamilitares -como les llaman ahora a los paramilitares que continuaron delinquiendo después del proceso de reinserción adelantado en buena hora por el gobierno de Uribe), acabar con esa guerra, digo, nos debería permitir empezar a destinar mejores presupuestos para lo que realmente nos sacará adelante como país.

El presidente Juan Manuel Santos no tenía necesidad de convocar a este plebiscito. Es más, las FARC estuvieron en contra de su realización (“La rechazamos no sólo por tratarse de una fórmula inconsulta, sino porque constituye la más inocua y menos propicia de todas las iniciativas que a propósito de la paz cursan actualmente en el Congreso”, afirmó Márquez, y señaló que es un “error craso” continuar con su trámite. El Espectador, 9 de noviembre de 2015). Convocarlo es un acto político atrevido porque podría ganar el NO y, de esa manera, echar por tierra toda la negociación de estos 4 años. El presidente Álvaro Uribe no convocó a plebiscito alguno cuando hizo el proceso de reinserción con los grupos paramilitares (2003 – 2004).

Pero, si gana el SÍ, que es lo que deseo y espero, los Acuerdos de La Habana tendrán un poder mayor porque ya no será el acuerdo entre un gobierno que carga hoy con un alto desprestigio en la opinión pública nacional y una guerrilla que por sus atrocidades tiene poquísimo respaldo ciudadano, sino que será la decisión mayoritaria de la sociedad colombiana. Y ese SÍ (o ese NO) tendrán consecuencias. Prefiero las consecuencias del SÍ y estoy dispuesto a asumirlas.

Jorge Melguizo

Consultor y conferencista en gestión pública, proyectos urbanos integrales y cultura. Asesor del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en Hábitat e Inclusión.

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