Por una pedagogía de la memoria

Uno de los más grandes problemas que tenemos como sociedad colombiana es que desconocemos nuestro pasado. Prueba de ello es el comportamiento de un gran número de colombianos durante la negociación de la paz en la Habana, el resultado obtenido en el plebiscito, la disposición frente a los diferentes procesos de violencia y el poco relevo político en los cargos de representación pública. Es por esto que se hace necesario la construcción de una pedagogía que tenga como objetivo enseñarles no solo a los niños sino también a los adultos nuestra historia.

Muchas de las acusaciones que algunos colombianos realizaron en contra del proceso de negociación de la Habana parecían estar fundamentadas en sentimientos de rencor e ignoraban enfáticamente el pasado. Cuestionaban el hecho de que se estaba negociando con terroristas, que el proceso de negociación estaba tardando mucho tiempo, que los colombianos teníamos que estar enterados de todo lo que pasaba en el diálogo, que la negociación se tenía que hacer en Colombia.

Las anteriores denuncias tienen un factor común: son reclamos que desconocen lo sucedido con los procesos de desmovilización de los paramilitares y la mesa de negociación con las FACR EP durante el gobierno de Andrés pastrana. Respecto al primero y paralelo a las críticas que se establecieron con la negociación en la Habana: los colombianos olvidaron que del afán sólo queda el cansancio y las cosas mal hechas. Del proceso de paz con los paramilitares, el cual se realizó en un corto periodo de tiempo, nos quedan las Bacrim y un excomisionado de paz prófugo de la justicia, igual que los guerrilleros los paramilitares fueron terroristas, los colombianos nunca supimos qué pasaba en las negociaciones con las autodefensas y tiempo después nos dimos cuenta que fueron una farsa, pero de eso no se acuerdan los colombianos que votaron por el “no” en el plebiscito, también se quejaron de que el proceso no se hubiese realizado en Colombia, ignoran que la guerrilla se fortaleció en la negociación con Pastrana. Todos estos hechos nos demuestran o que los colombianos no tenemos memoria o que sólo la utilizamos cuando nos conviene, quiero pensar que es la primera y que por eso es válido que como nación nos adentremos en su cultivo.

También es importante mencionar la amnesia colectiva de los colombianos frente a los procesos de violencia, afirman que la única manera de solucionar este problema es por medio del uso de la fuerza, herramienta que terminó por desencadenar el conflicto que todavía tenemos. Ahora bien, si los colombianos seguimos ignorando nuestro pasado estaremos condenados a seguir cargando con los mismos problemas. Es por esto que el compromiso que tenemos como nación es construir un modelo pedagógico que nos permita hacerle comprender a los colombianos la importancia de conocer la historia de nuestro país.

Nolberto Marín Clavijo

Profesional en Filosofía de la Universidad del Quindío, estudios de maestría en filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira. Editor y corrector de estilo de las Revistas Fogón de Descartes y Collage de los Programas de Filosofía y Lenguas Modernas de la Universidad del Quindío. Mis campos de interés son la ética, el medio ambiente, la política y el arte.