Los ángeles y demonios del Bitcoin

Este martes en horas de la tarde el Bitcoin sobrepasaba la barrera de los 1.700 dólares por moneda encriptada después de que la semana pasada, impulsada como un cohete, superara el precio del oro el cuál es por naturaleza el refugio de valor de los inversionistas en tiempos de alta incertidumbre y volatilidad. Sin embargo, hace dos meses, la mayoría de analistas y expertos bursátiles daban por muerta a esta moneda debido a que la SEC (Securities and Exchange Commission), negó el comercio de un derivado financiero que tenía como base el precio de esta moneda virtual ya que hubiese sido legalizar una moneda que, además de usarse para transacciones no tan legales, pone en riesgo el monopolio del dinero de los bancos centrales.

¿Por qué entonces Bitcoin se recuperó tan fácilmente de lo que se predecía como un golpe mortal a este activo? Los economistas más apegados a la teoría argumentarían que su resiliencia ante estos embates radica en sus propiedades que, al igual que el oro, la hacen el santo grial de los medios de cambio: es infinitamente divisible, es refugio de valor y es universalmente aceptada como medio de cambio. A pesar de ser cierto lo anterior, lo que hace más atractivo la moneda virtual no radica en estas propiedades y a sorpresa de muchos, tampoco radica en su capacidad de hacer que las transacciones con ella no puedan ser rastreadas. Su valor, su verdadero valor y el valor por el cual los inversionistas y la gente del común le da mayor poder, es debido a que su valor no es gobernado por ningún presidente, dictador o banquero central, sino por las leyes de la oferta y la demanda.

Esta simple característica hace que ni su mayor rival, el oro, sea competidor como medio para guardar la riqueza de las personas y es la principal razón de que la mayoría de autoridades monetarias en el mundo miren al Bitcoin con recelo a la vez que asegura, que este activo permanecerá en el mercado por un largo tiempo. A pesar de lo anterior, y al ser gobernada solo por las fuerzas de oferta y demanda, este activo es uno de gran especulación lo cual hace que las promesas de varios agentes de ganancias seguras sean promesas sin ningún fundamento y que de allí, surja la mayor debilidad del Bitcoin: puede ser usada para estafar incautos y así, igual que la fiebre de los tulipanes,  la euforia de los felices años 20’s y el auge de las .com a pesar de tener la capacidad de crear riqueza para aquellos que invierten de manera inteligente, tenga el poder de generar grandes pérdidas a los que invierten con base en sus emociones.

En este sentido, no es extraño ver como los precios del Bitcoin suben cada semana a medida que un mayor número de personas  y  bancos alrededor del mundo apuestan a favor de las monedas virtuales como el medio de cambio del futuro lo que causará, inevitablemente,  la disminución de la capacidad de las autoridades monetarias de controlar el dinero.  Sin embargo, para el individuo, el resultado de la inversión en este  activo, al igual que una fiesta en la cual los que la comenzaron se van a ir antes de que llegue la cuenta, dependerá en cuál de los dos grupos usted se encuentre si en los que entraron inteligentemente o los que fueron guiados por emociones y falsos inversionistas. La pregunta será entonces ¿Es usted uno de los que comenzaron la fiesta o del grupo al que le va a tocar pagar la cuenta?

Sebastián Ospina Valencia

Economista Universidad de Antioquia y estudiante de Maestría en Economía. Sub director del Laboratorio de Economía Experimental de la Universidad de Antioquia