Guerra de hipocresías en la frontera.

Muchos colombianos se están rasgando las vestiduras con la situación en la frontera venezolana, y enhorabuena porque el desarraigo, la violencia,  los abusos o cualquier violación de los derechos humanos por parte de las autoridades no debe ser nunca justificado ni mucho menos tolerado, venga de donde venga este abuso. Nada como una crisis fronteriza para darnos cuenta que como sociedad, como patria y como nación somos un chiste, por su parte los medios sensacionalistas están más enfocados en hacer de la desgracia ajena una telenovela que en preocuparse que fue lo que llevo a 5.000.000 de colombianos a salir de su país corriendo.

El mayor hipócrita de todos es el oportunista, el señor de la guerra, el caudillo de los ignorantes, el mesías de su iglesia disfrazada de partido, por supuesto estoy hablando de Álvaro Uribe, este señor tiene el descaro de ir a la frontera con su discurso populista, con tarimas, cantantes, ejercito de reserva y eso sí, unos pesitos pa repartir mercados y tomarse la foto mientras lo hace. Su hipocresía radica en preocuparse por unas victimas que el mismo creó, que el mismo desplazó con ayuda de los grandes terratenientes que financiaron sus campañas y que hoy son militantes de su partido político. Si el señor de la guerra tuviese coherencia política también iría a las zonas más miserables de Colombia, donde mueren compatriotas día a día, iría a las filas de las EPS que creo con su ley 100, para ver el sufrimiento de las personas que no tienen para pagar un servicio de salud y que mueren en la puerta de los hospitales. El mal llamado patriota solo va a la frontera para ganar apoyos, para fortalecer su grupo político, para en un futuro volver al poder y perpetuarse en él, exactamente igual a como lo hace Nicolás Maduro.

Nuestro segundo hipócrita es el ladrón, el oligarca, el politiquero, el jefe de estado, el traidor, el lamezuelas de Juan Manuel Santos. Este hipócrita se hizo elegir en cuerpo ajeno, como dijo Jorge Robledo: “Juan Manuel Santos no hubiese ganado siquiera la alcaldía de la ciudad de hierro sino hubiese sido por Uribe”. Entrenado desde pequeño por su familia de politiqueros para ocupar el poder, este audaz jugador de póker fue capaz de encontrarle precio a todo el que lo tuviera y así formar al grupo de ladrones más grande que ha conocido este país, la Unidad Nacional. Su hipocresía radica en desperdiciar  toda nuestra renta petrolera en mermelada, en el pago de favores políticos en vez de fortalecer el aparato productivo o iniciar una política agroindustrial seria e incluyente. Colombia puede venderle muchas cosas a Venezuela, pero el ladrón prefiere vender el país a las empresas multinacionales y crear un sistema extractivista que pueda financiar a su grupo de cleptómanos . A los habitantes de la frontera no les ha quedado otra opción que sobrevivir con el contrabando de gasolina y productos básicos.

El otro hipócrita es el Burro, el falso líder de izquierda, el ignorante, el populista, el cobarde, el que con sus acciones se contradice, este señor es tan burro que trata de ocultar su propia ineptitud y la de su gobierno echándoles la culpa a los colombianos, como si ellos fueran culpables de su propia incapacidad de gobernar. Cuando los colombianos llegaban en desbandada por la frontera huyendo de la guerra, Chávez les ofreció la cedula venezolana, comida y vivienda,  este señor es tan burro que desplaza a todos los colombianos por igual, como si todos fuesen contrabandistas, como si todos fuesen paramilitares. Bien haría este señor en ocuparse de su propio país o dar un paso al costado, el que no sirve que no estorbe y eso sos vos Nicolás Maduro, un estorbo para todos.

El último de los hipócritas es quien solo se indigna cuando los medios le ordenan indignación, el que aún cree  que las cosas van a cambiar por obra y gracia del espíritu santo, mientras sigue en una actitud pasiva ante la realidad de su propio país, el que sigue votando por la unidad nacional o el centro democrático a cambio de un tamal, un sancocho, unos pesos y hasta un puesto, el que se llena el pecho diciendo que es apolítico o  el que es defensor de derechos humanos con los crímenes de la derecha, pero que hace de la vista gorda cuando estos crímenes vienen de la izquierda, como si existieran victimas de primera y de segunda. Afortunadamente los que creemos que aun se puede hacer algo somos cada día mas , como diría Robledo este país si tiene arreglo.

Hay que preguntarse qué fue lo que llevo a cinco millones de colombianos a salir de su país, son causas económicas y sociales, todas por culpa de una clase politiquera enquistada en el poder la cual la gran mayoría de borregos ira a votar este 25 de octubre para darle la millonésima oportunidad y otros borregos más idiotas ni siquiera votaran, si no quieren que el estorbo de Nicolás Maduro nos humille, pues dediquémonos  a construir  una Patria  de la que no se tenga que huir en vez de alabar caudillos que solo los utilizaran para su megalomanía y cleptomanía.

Cristian Ortega

Estudiante de Economía de la Universidad de Antioquia, crítico de la clase politica tradicional y de los caudillismos. A favor de un desarrollo sostenible, un crecimiento con inversión social y la defensa de los animales.

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