Amores enREDados, el cortejo en los tiempos del Internet

¡Cómo nos cambia la vida y por qué no, cómo nos cambió el amor y en tan poco tiempo! Pasamos del romance edificado en visitas a través de ventana donde el pretendiente como si fuera un penitente, pasaba las verdes y las maduras en una acera  para compartir con su amor. Después llegaron  los noviazgos de sala, auditados por algún cuñado o por la mismísima suegra; que por alguna extraña razón, encontraba cientos de motivos para visitar la sala cuando los novios estaban de visita; eran épocas en que se reducían distancias con llamadas telefónicas, que en caso de extenderse,  eran  interrumpidas por un: “el teléfono se hizo para acortar distancias, vaya despidiéndose” o alguna una frase similar. Llegaron los noviazgos de credenciales, esquelas, peluches y un sinnúmero de representaciones físicas de los sentimientos, que en algunos casos, tal vez de no muy buen gusto, adornaban las paredes del cuarto de los enamorados, la forma de amar se mantuvo casi estática, hasta la irrupción del Internet en nuestras vidas, el chat, las páginas webs y las aplicaciones  se integraron a las opciones de ligar y por eso hoy traemos tres historias que nos darán una perspectiva de lo bueno, lo malo y lo feo del “ciber love”.

Camilo, quien ronda los 38 años,  es docente de una de las universidades más importantes de Medellín, y afirma que aunque muchos consideran “loser” a los usuarios de estas páginas o apps de socialización; su caso es distinto, pues le permitieron conocer a su esposa, con la que tiene una relación desde hace cinco años y un hijo.

Pero no todo fue tan bueno; radicarse en Medellín sin conocer a nadie le llevó a buscar ampliar su círculo social a través de plataformas, como la en su momento popular, latinamericacupid.com ; “era imposible hallar algo serio allí, solo viejas busconas” . ¿Cómo era su proceso de conquista?  “yo era de los que hablaba mucho antes de verme; soy muy meticuloso, cuando pides una selfie o foto y ves que detrás la pared tiene el estuco regado… ladrillos salidos…pedazos de cemento, para mi es una alarma;  o apenas te dicen papi,  corazón o amor sin conocerte; la falta de ortografía otra alarma. Claro si quieres sexo, que sucede en el 90% de los casos; un papi y corazón son buen señal” y agrega: “No es por ser elitista; pero Colombia no es Europa; yo viví siete años allá y aquí, lastimosamente si te casas con alguien que no haya estudiado, eso va a influir en todo el futuro tuyo y de tus hijos”

A esos sitios llegó después que sus colegas y amigos le presentaran “amigas bien” de sus empresas y universidades; con ellas “la cosa nunca cuajó”, Camilo quería una mujer que trabajara y le dijera:  “oiga ese plato no se lava solo”;  cuenta que usó la web Badoo, una de las más famosas de latinoamérica y latinamericacupid.com,  “para salir conocer y tener sexo fácil y rápido; conoci muchas mujeres”. Hasta que encontró una chica que viviendo en Pereira, se radicaría de nuevo en Medellín; a su llegada “nos vimos, salimos y resultó ser una persona super bien, terminando su maestría y con una buena familia; y tras once meses de noviazgo en el mundo real decidieron unir sus vidas.

Otra historia sobre estas plataformas la  cuenta Damián, un joven gay de Medellín, egresado de la universidad Eafit y perteneciente a una familia de clase alta, que ha vivido “las verdes y las maduras” usando este tipo de apps: de Tinder; aplicación en la que gays y heterosexuales, pueden encontrar su media naranja, pues te muestra posibles parejas,  cerca de  tu ubicación, generando un “match” cuando hay interés mutuo;  dice:  “Tinder básicamente es chévere. Y más aún si eres de los que pagas la opción plus. Puedes utilizarlo antes de viajar a una ciudad, cambiar tu localización y conocer gente antes de ir o puedes conocer gente acá. Lo malo es la dificultad de tener una conversación fluida por lo lento de la app y el lograr hacer conexión (match) con alguien. A veces ni siquiera hablan con uno o le responden el saludo después de hacer match. Por Tinder conocí a mi última pareja, con la que duré casi dos años y siento que la app es útil”

Y aunque uno se atrevería a pensar que entre dos aplicaciones dedicadas al “levante” no hay mucha diferencia, Damián nos demuestra todo lo contrario, al referirse a Grindr, la aplicación de citas más exitosa a nivel mundial entre los hombres gay, al punto que ha sido caso de estudio en prestigiosas universidades del mundo; de ella nos afirma:  “ Grindr, por el contrario, es más usada para buscar pareja sexual, y lo curioso de esta app,  es que me ha dado más amigos que Tinder; gente con la que un “saludo de ganas» terminó siendo una amistad que ya lleva más de dos años… allí hay de todo tipo de personas y siento que que fomenta la discriminación entre los mismos gays,  porque la usan muchos manes “enclosetados” que se definen como “plumofóbicos”. No niego que he conseguido one night stands por ahí (sexo casual) , pero también he conocido amigos y gente chévere. Ninguna pareja estable eso sí. Pero es una app muy interesante por la variedad de personas que tiene ahí dentro”

Y como era de esperarse en Grindr también hay sorpresas, según Damián: “algo chistoso que pasa mucho es encontrarse gente de la u o del trabajo que uno no sabía que eran gay y verlos ahí metidos; también he pillado uno que otro novio de algún amigo mío ahí; que obviamente pasan a ser exnovios”

Mario es un joven gay de 21 años,  que se desempeña como cantante; sobre las apps más populares en la actualidad Tinder y Grindr, dice:  “las instalé porque asistiendo a fiestas o reuniones sociales no tuve mucho éxito; soy una persona muy de mi casa y no tengo muchas oportunidades de salir a sitios donde pueda conocer personas” ; opina que el éxito en esta última red lo obtienen “las personas que más muestran, quienes exhiben su físico fitness o fotos en bóxer y a lo mejor por eso no me hablaba tanta gente allí, pues no publicaba fotos para evitar que me catalogaran como alguien que está buscando sexo”; en Tinder en su concepto arrasan “quienes muestren más cosas vistosas como por ejemplo viajes”

Mario en  términos numéricos calificaría su experiencia allí con tres y de ella concluye que: no es necesario acudir a estas apps y que las personas lleguen a su vida sin necesidad de buscarlas y por eso decidió cerrar sus perfiles allí.

¿Qué opinión te merecen estas plataformas? ¿las has usado o te atreverías a usarlas, o por el contrario prefieres los métodos tradicionales para dejarte flechar por Cupido?